El lenguaje perdido de la España vaciada
Una lectura sosegada de la novela 'La gaznápira', de Andrés Berlanga, nos muestra un rico léxico rural que hoy casi ha desaparecido
Leer más >En las aplicaciones de citas, el lenguaje lo es todo. Brillantes adjetivos, las penalizadas faltas de ortografía o la intención comunicativa de las fotos son las nuevas plumas del cortejo
Tras publicarse su último disco, ‘Motomami’, Rosalía ha tocado la fibra lingüística. Sus críticos han saltado por el uso bastardo de la lengua española, donde todo lo bate, como un fuego que todo lo samplea
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Leer más >Aunque se desconoce cuándo comenzó exactamente, hubo un momento en que las mujeres trans p...
Leer más >En los 90, caído el régimen comunista, las ventanas al exterior se abrieron en Rumanía. Po...
Leer más >La omisión del auxiliar en oraciones subordinadas es común entre la población sueca. El no...
Leer más >Es una ingenuidad pensar que somos nosotros quienes escogemos qué libro leer. Los libros son como los gatos: viven en casa, nos acompañan, pero no tienen amo. Son ellos los que deciden cuándo se dejan leer y, si no quieren, uno no pasa ni de la primera página y acaba lleno de arañazos.
Que de un tiempo a esta parte las novelas más vendidas estén escritas en presente en lugar del otrora todopoderoso pretérito no es casual. El lector necesita realidades tan cercanas que incluso simulen sorprender al propio autor que las escribe. Y aquel pretérito no murió de muerte natural: lo mató internet.
La famosa arpa de Bécquer está silenciosa porque le falta la hache, que es la columna que sujeta la consola del instrumento. Sin ese mástil, no hay forma de colocar las cuerdas ni de hacerla sonar. Si algún editor con mano de nieve se atreviera a escribir «harpa», el poema sería muy distinto.
Es un ejercicio idóneo para plantear(se) preguntas sobre las lenguas y desarrollar la capacidad argumentativa respecto a los límites de la interpretación humana
Leer más >Entre todas las fórmulas abreviadas que emplean los adolescentes de hoy en día, muchas ya se usaban hace décadas
Leer más >Lo que podemos llamar castellano de Asturias se carga, al igual que otros acentos del español, de esencia asturiana
Leer más >Hay una imagen en la mente colectiva del delincuente como un monstruo, alguien que es fácilmente identificable. Alguien que cuando nos pasa por el lado nos pone los pelos de punta. Alguien del que rápidamente nos apartaríamos si nos lo encontrásemos en un callejón. Alguien al que evitaríamos en un ascensor. Pero la verdad es que la mayoría de los delincuentes no lo aparentan.
Reivindicar el papel social de la novela negra para denunciar injusticias sociales es uno de los objetivos de Vallekas Negra, primer festival de novela de este género en el barrio madrileño, que arranca hoy y se extenderá hasta el próximo 12 de febrero.
Este blog, Poemas sentidos, nació a primeros de mayo de 2020, en pleno confinamiento. Cada semana, cada domingo, os he seleccionado, comentado y recitado o leído mirando cámara un poema diferente.
El poeta, periodista y diplomático Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, República de Nicaragua, 18/1/1867 – León, República de Nicaragua, 6/2/1916), está considerado como el máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, tal vez, el poeta que ha tenido mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.
El llamado príncipe de las letras castellanas, de formación profundamente humanística, es un lector y escritor precoz y la influencia de la poesía francesa es determinante para su formación poética.
En 1888 publica en Valparaíso el poemario Azul, considerada como el punto de partida del Modernismo. El libro no tuvo un éxito inmediato, pero fue muy bien acogido por el influyente novelista y crítico literario español Juan Valera, quien publicó en el diario madrileño El Imparcial, en octubre de 1888, dos cartas dirigidas a Darío, en las cuales reconocía en él a «un prosista y un poeta de talento». Fueron estas cartas de Valera las que consagraron para siempre su fama y le permiten obtener el puesto de corresponsal del diario La Nación de Buenos Aires.
Entre 1889 y 1893 vive en varios países de Centroamérica ejerciendo como periodista mientras sigue escribiendo poemas. Más tarde reside en Buenos Aires, y allí publica dos libros cruciales en su obra: Los raros y Prosas profanas y otros poemas, que supuso la consagración definitiva del Modernismo literario en español.
E, 1896 La Nación le envía como corresponsal a España en 1896, y sus crónicas terminarían recopilándose en un libro, que apareció en 1901, titulado España Contemporánea. Crónicas y retratos literarios.
En España, el autor despierta la admiración de un grupo de jóvenes poetas defensores del Modernismo como Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán y Jacinto Benavente. En 1902, en París, conoce a un joven poeta español, Antonio Machado, declarado admirador de su obra.
Tras viajar por Europa, inmerso en sus conflictos sentimentales y su tenaz alcoholismo, en 1905 se desplaza a España y publica en Madrid el tercero de los libros capitales de su obra poética: Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas, editado por Juan Ramón Jiménez.
Entre 1910 y 1913 pasa por varios países de América Latina y en estos años redacta su autobiografía, que aparece publicada en la revista «Caras y caretas» con el título La vida de Rubén Darío escrita por él mismo, y la obra Historia de mis libros, esencial para el conocimiento de su evolución literaria.
En 1914 se instala en Barcelona, donde publica su última obra poética de importancia, Canto a la Argentina y otros poemas. Al estallar la Primera Guerra Mundial viaja a América y, tras una breve estancia en Guatemala, regresa definitivamente a León (Nicaragua), donde fallece.