Del aperturismo al sanchismo
Diccionario político español contemporáneo, desde los años finales de la dictadura y los primeros de la transición hasta hoy
Leer más >Los ganadores se darán a conocer en un acto público que se celebrará próximamente en Madrid
Leer más >Mario Vargas Llosa, el único premio Nobel de Literatura en castellano vivo, nunca soñó con vivir de la literatura y le gustaría morirse con la pluma en la mano. Piensa que ser viejo no tiene mucha importancia si estás vivo de verdad.
Retrato lingüístico de Martín Caparrós
Los lingüistas pudorosos pasan de puntillas por lo escatológico, pero un aprendizaje no estructurado da lugar a fatales errores cuando se emplean los verbos ‘mear’, ‘cagar’ y ‘morir’. Veamos los matices
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Leer más >Según parece, el lenguaje político más efectivo consiste en reducir mensajes a su mínima expresión. Tal vez surja del hartazgo de tanto clickbait: el votante lee «libertad» o «cañas» (de cerveza), y evita pinchar para saber más. Aunque no sólo es eso: también triunfan quienes inventan túneles y se autoproclaman luz.
Hay escritores con un estilo tan descuidado que sus textos se empantanan. César Vallejo lo advertía en un poema: «¡Crezcan la yerba, el liquen y la rana en sus adverbios!». El mal empieza en los adverbios, sí, pero luego se extiende a los adjetivos, los nombres, y al final uno puede enfermar de paludismo si sigue leyendo.
El uso del tiempo verbal varía en función del idioma. Se declina, se conjuga o incluso se contradice, como es el caso del pretérito imperfecto respecto al dicho «Cualquier tiempo pasado fue mejor». Porque no hay imperfección en el pasado, del mismo modo que resulta osado hablar en futuro perfecto.
Si los estudiantes conciben la lengua como una herramienta o un ropaje, estamos perdidos. Tenemos que ser capaces de que la vean como una parte de sí mismos
Leer más >Quienes han elegido referirse a mujeres que presiden usando la terminación masculina lo hacen más como provocación política que por ignorancia gramatical
Leer más >Muchos textos periodísticos empiezan con un orden sintáctico que dificulta el enganche con el lector
Leer más >Este mes se cumplen 19 años de aquel terrible 11 de marzo en Madrid. A tres días de las elecciones generales de 2004, diez mochilas bomba alojadas en cuatro trenes de cercanías explosionaron de forma casi simultánea, arrebataron 192 vidas y dejaron 1 858 heridos. Al principio, hubo una gran confusión sobre quién podía estar detrás de este atroz suceso, pero Al Qaeda reivindicó su autoría mediante un comunicado a un medio de Reino Unido.
El chico no era mudo, es que no tenía nada que decir. Y le entiendo, joder que sí. El habla a menudo te expone, te delata y en plena pubertad (como era el caso), te avergüenza incluso.
La conciencia de Montalbano es un libro que recoge seis relatos inéditos de Andrea Camilleri protagonizados por el singular comisario Montalbano y que estará en librerías el próximo 11 de mayo de la mano de la editorial Salamandra.
Hay versos que son como sacudidas eléctricas. «Devuélveme mi corazón, viajero». «Te quiero como gata boca arriba, / panza arriba te quiero». «Déjame que esparza / manzanas en tu sexo / néctares de mango / carne de fresas». Estos son algunos versos de la pasional y comprometida poeta que hoy os traigo: la nicaragüense, ahora radicada en Madrid, Gioconda Belli.
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17/01/1600 – id., 25/05/1681) es el dramaturgo por excelencia del barroco del Siglo de Oro.
Su producción consta de ciento diez comedias y ochenta autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores, según el recuento que hizo él mismo el año de su muerte.
Soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, costumbre habitual de la época, alcanza su madurez teatral en el reinado de Felipe IV, con piezas teatrales como El alcalde de Zalamea, La vida es sueño, El médico de su honra, La dama duende, El príncipe constante. Su momento de mayor esplendor empieza a partir de 1642, cuando se retira del ejército y entra al servicio del duque de Alba. Es a partir de 1651, tras su ordenación sacerdotal, cuando su producción teatral profana para los corrales de comedias decrece, aunque sigue ejercitando su pluma en el teatro mitológico para palacio (La hija del aire) y en los autos sacramentales, y ésta es su labor en los años de vejez con el reinado de Carlos II.
En el estilo de sus comedias se pueden apreciar dos registros: uno que sigue más de cerca el teatro realista, nacional y costumbrista de Lope de Vega y su escuela, representada por las ‘comedias de capa y espada’; y otro más personal, que incluye las comedias más poéticas y simbólicas, con intensificación de los valores líricos y del contenido ideológico. En cuanto a su lenguaje, se puede considerar que es la culminación teatral del culteranismo poético de Góngora. Con Calderón adquirieron especial relevancia la escenografía (lo que él llamaba «maneras de apariencia») y la música.
Su personaje más universal es el desgarrado Segismundo de La vida es sueño, considerada como la cumbre del teatro calderoniano. La obra, paradigma del género de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las cuestiones más trascendentales de su época: el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo ante las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia, considerada como un simple sueño, y, la consoladora idea de que, incluso en sueños, se puede todavía hacer el bien.
Falleció el 25 de mayo de 1681, dejando a medio terminar los autos sacramentales encargados para ese año.