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31 May 2022
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Armenia

Apellidos unificados para conservar la identidad del idioma

Anush Sukiasyan

Escribir apellidos armenios correctamente es una forma de conservar la identidad del idioma. Es necesario unificar a los de la RA con los de la diáspora

Ha llegado el turno de los apellidos armenios o, mejor dicho, de escribirlos correctamente: ¿-ian/-ián o -yan/-yán? Parece una pregunta insignificante, pero no lo es. Como sucede a menudo en España, que tiene una gran mezcla de idiomas y razas, se suele distorsionar la grafía y la pronunciación de los apellidos foráneos.

El término apellido, según la RAE, es el «nombre de familia con que se distinguen las personas». Viene de apellidar, del latín appellitare —llamar repetidamente—. En el caso de Armenia, el sufijo más común de los apellidos es -յան, que puede transliterarse en -ian/-yan, con las respectivas grafías -ián/-yán. No es meramente patronímico, del modo en que -ez funciona como «hijo de» en español. En la Alta Edad Media, solo las familias nobles llevaban apellidos. Según diversas referencias, como el etnógrafo Nikol Margaryan, este sufijo era de carácter patriarcal e indicaba que se pertenecía a un determinado grupo o familia, no a una nación. Por ejemplo, Petrosián, nombre del líder del clan Petros.

Ha habido casos en los que una persona tenía dos apellidos; por ejemplo, Hakob Petrosián- Poghosián: Petros (Pedro) era el padre de ese hombre y Poghos (Pablo), el patriarca del clan. Según Margaryan, hay referencias en los siglos IV y V que se refieren al documento llamado Gahnamak. Este habla de diferentes dinastías gobernantes cuyos apellidos terminan en -eants. Al perderse ts, quedó el -ean, que finalmente se convirtió en -ian.

Otras veces el apellido deriva del nombre de la profesión; por ejemplo, Darbinyan, de darbin (herrero); Vardapetián, de vardapet (sacerdote). En especial, la raíz ter- o der– implica que un antepasado era sacerdote. Un ejemplo, Ter-Petrosián. Los apellidos armenios a veces se forman con nombre de mujer que destacaba por su actividad: Manandián, Shushanián, al igual que la costumbre de dar terminación femenina a los apellidos referidos a una mujer española: Calderona, la madre del segundo don Juan de Austria, y también las que aparecen en el Quijote: Las Cervantas o Antonia Quijana, hermana del hidalgo Alonso Quijano.

La diferente escritura de los apellidos armenios que acaban en -ian/-ián y -yan/- yán tiene que ver con la división dialectal entre la lengua armenia oriental y la occidental, aunque puede haber excepciones. El armenio oriental, hoy llamado arevelián, se usa en la República de Armenia y el occidental, arevmtián, se emplea por la mayor parte de la diáspora armenia. Una reforma de la ortografía durante la época soviética en Armenia diferenció ambas aún más. El occidental mantiene la tradicional ortografía mashdotsián, mientras que el oriental —excepto entre los armenios de Irán— emplea la simplificada forma abeghián. Es similar al fenómeno por el que las consonantes oclusivas sordas del latín pasan a ser sonoras en castellano p, t, c -> b, d, g. En armenio es algo más complejo, ya que, en el dialecto oriental, además de las categorías sorda y sonora, hay una tercera intermedia; mientras que en armenio occidental solo hay sordas y sonoras. El resultado es que algunos apellidos pueden encontrarse de dos o más formas y también puede haber combinaciones que impliquen varios cambios: Akopian-Akobyan-Hagopian-Hakobyan (hijo de Jacob) o el apellido Sargsián en sus múltiples formas: Sargsyan, Sargsian, Sargssian, Sarkisyan, Sarkissian (hijo de Sergio).

En el siglo XIX, especialmente después de declarar formalmente su independencia en 1991 y con la expedición de nuevos pasaportes, Armenia generaliza los registros oficiales de los apellidos con el sufijo yan. Antes de la expedición de los pasaportes RA, los apellidos habían sido escritos con ian durante siglos, incluso en los pasaportes de la Primera República de Armenia de 1918. Pero, incomprensiblemente, la versión –yan generalizada de forma jurídica apareció en los documentos oficiales y en los nuevos pasaportes de la RA. ¿Por orden de quién? Al utilizar elementos del inglés en los pasaportes de RA, se ha producido una contaminación y distorsión de los apellidos armenios. Es decir, los de la diáspora siguen escribiendo sus apellidos en -ian, pero los armenios de la RA con -yan. Tal vez se trató de un cambio políticamente erróneo. Resulta que ahora, al escribir el apellido, está claro quién es armenio de la diáspora y quién es armenio de la RA.

¿Con qué propósito? Según el Manual de Estilo de El País (1996), en la Sección 7, «Nombres rusos», punto 12, aparece: «Los apellidos armenios terminados en -ián son siempre palabras agudas y llevan tilde (Jachaturián, Arutiunián)». Los apellidos son agudos, así que lo normal sería que en español aparecieran con tilde en la última sílaba como un signo de cortesía. Los españoles suelen pronunciar los apellidos armenios con acentuación llana. Por ejemplo, Petrosian en lugar de Petrosián, que significa ‘hijo de Pedro’, el equivalente de un popular apellido español, Pérez.

Como en otras lenguas que han sufrido manipulaciones externas, es hora de llegar a un acuerdo que unifique a los armenios, independientemente de que estén en la RA o en la diáspora. Son muchos los armenios que, si sus talentos no cambiasen el mundo, sería difícil reconocer que son de esa nacionalidad. Por ejemplo: Diana Abgar (Anahit Aghabekián), la primera mujer diplomática en el mundo; Luther George Simjián, inventor de ATM, etc.

 

Esta crónica es uno de los contenidos del número 14 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras.
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