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Cristian Olivé

18 Mar 2020
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Firmas

Mi ‘crush’ me hace ‘crush’ al corazón

El oficio de profesor te permite transmitir todo el conocimiento que has acumulado con la experiencia, pero también te empuja a asumir que los tiempos cambian y que más te vale no perder detalle de lo que está pasando para no quedarte atrás. No es de extrañar, por tanto, que un día te plantes ante una clase repleta de hormonas, lances con la mejor de las intenciones alguna flamante expresión surgida del argot juvenil, te repasen de arriba abajo y te suelten sin remilgos: «Ya nadie dice eso».

Al principio hiere el orgullo, pero luego viene la contrarréplica: «¿Y cómo lo decís ahora?» Entonces se suceden decenas de palabrejas que no has oído en tu vida. Es emocionante ver cómo evoluciona una lengua (hay quien lo vería como una involución) y cuán pasajeras pueden llegar a ser muchas de las expresiones que circulan día tras día. Los jóvenes suelen sentir desapego hacia la norma y no entienden por qué los académicos no incluyen con mayor frecuencia conceptos que no parar de sonar en su rutina diaria. «Bueno, es que en poco tiempo dejarán de sonar y se perderán para siempre.» Los golpes de realidad no gustan a nadie, pero este duele menos, porque en el fondo todos sabemos que es la pura verdad.

Lápiz y papel en mano, estas son las expresiones más habituales entre los adolescentes de hoy en día. Se trata de una lista volátil, en plan que en pocos meses se habrá quedado desfasada.

En la jerga juvenil hay varias formas de expresar que algo te encanta. Quizá la expresión «molar», tan usada en rangos de edades muy dispares, ha acabado perdiendo la carga inmadura que tenía innata un tiempo atrás. El lenguaje ha ido más allá y ahora se utilizan expresiones más domesticadas. Para qué indicar que algo te mola si en realidad puedes decir que está to’ flama o que está to’ Gucci. Pero no se acaba aquí: la función enfatizadora de los superlativos ha supuesto un revulsivo y, por ello, si algo te encanta está finísimo; si un videojuego es potente está chetadísimo; y si alguien tiene un cuerpo fuerte y tocho está mamadísimo. Por supuesto, si algo te resulta repulsivo y te provoca vergüenza ajena, entonces es cringe.

GG te desea una buena partida, aunque ya casi nadie piensa en las iniciales del good game inglés. Otra sigla popular es la expresión dominicana KLK, que no es más que un saludo. Siempre es más sencillo escribir tres letras que tener que decir qué e’ lo que e’ mientras aspiras las eses. En épocas pasadas, surgió el vocablo teleñeco de la unión de televisión y muñeco. En la actualidad, se ha retomado la moda de los acrónimos para dar paso a conceptos de nueva creación. Por ejemplo, los seguidores de los youtubers Willyrex y Vegetta están más que acostumbrados a consumir sus contenidos compartidos bajo el nombre de Wigetta. También buscan shippeos entre las celebrities que mejor encajan. Muchos lo negarán, pero en períodos vacacionales, se pueden llegar a pasar 24/7 mirando videos con el móvil, es decir, 24 horas al día los 7 días de la semana. En una conversación de WhatsApp con amigos, cuando alguien propone un plan y te apetece mucho, es tan sencillo como escribirle d1. Se pronuncia ‘de una’ y es una expresión dominicana que equivale a «¡Me apunto!».

Las apariencias importan, pero, cuidado: vestir bien es solo una parte. Puedes tener flow, pero si encima luces un estilazo envidiable lo que tienes es un flow bakano. El calificativo «bacano», recogido en el diccionario de la RAE como ‘muy bueno o estupendo’, registra un uso juvenil en Chile, Cuba y República Dominicana. Las VSCO girls son influencers que muestran en sus publicaciones un estilo de vida basado en las apariencias y visten con ropa muy similar.

Si hay algo que de verdad te gusta, te cunde. Pero cuando aquello que te fascina, además, es una imagen bonita y te despierta cierta ternura es tumblr. Por suerte, la palabra resulta más fácil de pronunciar (*tambler) que de escribir. Sentirse a gusto en cualquier lugar no tiene precio.

Tener una conversación calmada, aislarse del mundo con los airphones puestos o simplemente tirarse en el sofá de tranquis pueden ser razones más que de sobra para estar del chill. Si bien es cierto que el relax se puede venir abajo si el móvil está bugeado y no para de fallar.
No hay nada como sentirse parte de un grupo. En las conversaciones juveniles, se refieren a los amigos del alma como befas y befos. La abreviatura de best friend, a pesar de tener una marcada influencia anglosajona, se ha adaptado a la morfología castellana y ha llegado incorporar una flexión tanto para el masculino como para el femenino. Existen también las modalidades genuinas mejas y mejos, muy vigentes entre los adolescentes.

No son buenos tiempos para los pringados. Quizá nunca lo han sido. La ele de losers sigue pisándoles los talones, aunque ahora es mucho más efectivo tildarlos de palomos. El mundo animal también está presente cuando hay que hablar de personas que se van de la lengua. En el lenguaje adolescente, los sapos ya no son posibles príncipes, sino chivatos de toda la vida. Tiempo atrás, si tenías una idea de bombero, alguien podía recriminarte que estabas loco de atar. Los jóvenes de hoy en día son más metafóricos y recurren a una expresión espanglish para decir que estás flying.

Del universo de los videojuegos ha surgido un lenguaje difícil de comprender cuando no estás familiarizado. Para empezar, hay diferentes niveles de jugadores: los noob, que son los principiantes; los pro, que juegan nivel Dios; y los otakus, apodo variante de la cultura manga que se refiere a aquellos que no salen de casa por extrema adicción. A esta clasificación, hay que sumarle la expresión lexicalizada niño rata, que es un apelativo con connotaciones despectivas. Muchas de las acciones gamers se expresan con verbos de raíz anglosajona pero con sufijos castellanos. Por ejemplo, si el videojuego va lento por un fallo de la conexión, está lageado; o si recolectas todas las armas para la lucha, estás looteando. Puede ser que estés librando la mejor batalla de tu vida en una conexión compartida, pero de pronto todo se trunque y pierdas. El resto de jugadores pueden presentarte sus respetos escribiendo con cierta sorna f en el chat. Muchos adolescentes, al recibir amonestaciones de parte de los adultos o les sucede algo trágico, son compadecidos entre sus iguales con una escueta f, pronunciada como la letra efe y con mucho sarcasmo.

El amor también está en el aire. No sé qué pensaría el filósofo griego de la palabra crush para refererise a un amor platónico. Quizá una adolescente en pleno 2019 le respondería algo así como que «mi crush me hace crush al corazón».

 

Este artículo de Cristian Olivé es uno de los contenidos del número 6 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras.
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