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19 Feb 2023
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Los mejores en castellano, seleccionados, comentados y recitados por el editor y director de Archiletras.

Arsenio Escolar

Periodista, filólogo, escritor y editor. Fundé Archiletras en 2018 tras darle vueltas al proyecto durante 35 años.

La naturaleza incita al arte

En abril del año pasado pasado, una entrada de este blog ahora en reforma y reconstrucción comenzaba así: 

«La naturaleza imita al arte, sí, pero el arte de la poesía le debe mucho a la naturaleza. Los más variados fenómenos naturales han sido aprovechados por los poetas, desde siempre, para abrirnos su corazón, sus sentimientos. Os vendrán muchos poemas así a la memoria, a poco que escarbéis en ella. Desde la Rima LIII («Volverán las oscuras golondrinas…») de Gustavo Adolfo Bécquer al Octubre («Estaba echado yo en la tierra, enfrente…») de Juan Ramón Jiménez o a la Elegía a Ramón Sijé («Yo quiero ser llorando el hortelano…») de Miguel Hernández». 

Hoy, para haceros corta la espera de la conversión de este espacio en otro formato, rescato tres poemas que pasaron por aquí y que tienen en común eso, la naturaleza, el paisaje, como motivo de la emoción o la reflexión lírica. Tres poemas en los que la naturaleza empuja al arte, incita al arte. Tres poemas de autores poco conocidos pero muy interesantes: el zaragozano Tafalla Negrete, el sevillano García Tassara y el cántabro Evaristo Silió. El primero, del siglo XVII; los otros dos, del XIX.

Tafalla Negrete contrapone la alegría de la naturaleza en primavera

En donde vimos nieve, vemos flores;
y en el desnudo tronco macilento
donde se oyó silbar, furioso, el viento,
se escuchan hoy los dulces ruiseñores.

con la tristeza de su corazón

Alternan la tristeza y la alegría,
y todo está sujeto a la mudanza
menos mi amor y la desdicha mía.

El soneto completo y mis comentarios, aquí. 

García Tassara -un «Espronceda de derechas» con una biografía interesantísima, daría para una serie de televisión- le da otro giro a su poema. Además de hablar de la naturaleza, habla del inexorable paso del tiempo:

Para mí y para vos llegó el invierno.
Para vos tornará la primavera,
mas mi invierno ¡ay de mí! será ya eterno.

Su poema, también un soneto, y algunos apuntes de su ajetreada trayectoria lo encontrarás aquí .

El cántabro Silió rescata una estrofa de larga tradición en nuestra historia, la sextilla, para mostrar la tristeza de su alma y también la tristeza del paisaje

¡Tarde horrible! El horizonte
la alta esfera negro velo
recubrió;
triste, oscuro, estaba el monte,
triste el valle, triste el cielo,
¡triste yo!

Comienza y acaba pesimista, desolado, abatido. Vedlo aquí 

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