PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

29 Ene 2019
Compartir

Un toque de atención sobre desviaciones normativas, cambios lingüísticos, expresiones de moda y nuestra capacidad de acogida de palabras procedentes de otras lenguas.

Mª Ángeles Sastre

Profesora de Lengua Española en la Universidad de Valladolid. Me llama la atención cómo habla la gente, cómo escribe, cómo dice sin decir, cómo maquilla lo que dice, cómo transgrede con el lenguaje, cómo nos dejamos engañar por los políticos. Leo la letra pequeña en la publicidad y los periódicos de pe a pa. Y encuentro de todo.

De cómo puede cambiar el sentido por un quítame allá esa preposición

Debió de ser un día a la salida de clase cuando me convencí de que el uso arbitrario de la preposición «de» en perífrasis de infinitivo con el verbo deber no tenía arreglo.

Porque la gente lo usa como le viene en gana, medios de comunicación incluidos.

Leo: «injerto capilar: las 8 claves que debes de tener en cuenta» y «lo que debes de saber de Roma» (de la película que acaba de lograr diez nominaciones a los Oscar 2019). Y oigo en una serie: «Debes estar cansado».

Suelo ser muy comedida con la cuantificación, pero me atrevo a decir que es frecuentísima la confusión en el uso de las perífrasis verbales deber de + infinitivo y deber + infinitivo. No todo el mundo conoce la diferencia entre estas dos construcciones perifrásticas, por lo que suelen emplearse indistintamente. Según la norma, deber de + infinitivo expresa posibilidad, suposición, probabilidad, conjetura, duda o creencia; mientras que deber + infinitivo se usa para indicar obligación. No tiene más misterio.

Si decimos En su actitud deben de haber influido varias circunstancias, estamos moviéndonos en el terreno de la conjetura y de la probabilidad. Equivale a Puede que (tal vez, quizás) hayan influido varias circunstancias. En cambio, cuando en un impreso leemos Debe usted rellenar todas las casillas, nos están pidiendo (o exigiendo) que no dejemos ninguna casilla sin rellenar. En este caso equivale a Tiene usted que rellenar todas las casillas.

Sin embargo, en las manifestaciones orales –y nunca en las escritas– puede omitirse la preposición de en contextos de conjetura o hipótesis, de manera que la secuencia Este programa informático no funciona, debes haberte equivocado en algo sería aceptable porque en un diálogo o en cualquier intercambio comunicativo la entonación y el contexto son capaces de deshacer posibles ambigüedades. No se acepta, en cambio, el caso contrario: intercalar la preposición de cuando lo que se pretende es expresar obligación.

Lo curioso es que a lo largo de la historia de la lengua estas construcciones han venido usándose indistintamente. El Corpus Diacrónico del Español (CORDE), de la RAE, da buena cuenta de ello.

Está claro que la principal razón de la confusión se debe a la semejanza formal, pero se me ocurren otras dos: una tiene que ver con que pueda elidirse la preposición en contextos de conjetura o probabilidad; la otra con la prevención hacia usos ‘queístas’, ‘deístas’ y ‘dequeístas’.

Que esto no tiene fácil solución lo percibí hace mucho. Pero me tranquilizó lo poco sistemáticos que han sido nuestros escritores, muchos considerados ‘autoridades’, en este aspecto. Y hemos sobrevivido. Porque en nuestros intercambios comunicativos, en los orales y en los escritos, las claves están en la intencionalidad y en el contexto. Contando, por supuesto, con que los receptores del mensaje son muy listos. Todos ustedes han entendido la ‘necesidad’ (obligación) de tener en cuenta ocho claves antes de someterse a un injerto capilar y la ‘necesidad’ (obligación) de saber algo sobre la película Roma (aunque desde el punto de vista normativo sean secuencias incorrectas). Yo hubiera quitado la preposición en ambos casos. Para evitar posibles ambigüedades y por esto de no fiárselo todo al contexto.