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11 May 2020
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

La divulgación científica, un arma contra la desinformación

La semana pasada colaboramos en la Festa de la Ciència de la Universitat de Barcelona con un taller de lingüística forense para dar a conocer la figura del perito lingüista entre estudiantes de secundaria, bachillerato y universidad.

Y esto me hizo reflexionar sobre la importancia de divulgar la ciencia a los ciudadanos de a pie, independientemente de la edad o de su nivel educativo.

En mi opinión, la divulgación de la ciencia debe ser una tarea más de la labor científica. Creo que es  indispensable formar una población con educación científica si queremos tener una sociedad que pueda ser crítica, escéptica y menos manipulable. Un punto esencial en un momento en que la desinformación es nuestro día a día. La ciencia nos enseña a dudar y a observar la realidad desde un punto objetivo.

En la investigación científica hay distintas tareas: recolectar datos, diseñar el método de análisis, ponerlo a prueba, ejecutarlo, interpretar los resultados… Y yo añadiría sabe transmitir a la sociedad el valor de la investigación que se ha llevado a cabo. Además de investigadores, debemos ser oradores capaces de explicar cualquier concepto, incluso los más complejos, de una forma sencilla, amena y apasionante a cualquier persona que no comparta nuestro conocimiento especializado.

En mi opinión, falta más divulgación científica, sobre todo, en el ámbito de las humanidades, y creo que uno de los motivos es el poco reconocimiento académico que tiene. Para un investigador es más beneficioso curricularmente publicar un artículo científico en una revista de alto impacto que ofrecer veinte charlas divulgativas. Sin embargo, para mí, es clave, por ejemplo, que nuestros jóvenes sepan que los estudios de lengua no solo tienen una vertiente teórica o que se quiten de la cabeza la idea de que con estos estudios solo pueden llegar a ser profesores de lengua. ¡Sirven para eso y mucho más! Deben conocer que la lengua también puede tener otra vertiente aplicada: ¡atrapar a un malo!, ¡encontrar a alguien desaparecido!, ¡meter a un terrorista en la cárcel! Si no se lo contamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?