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23 Mar 2020
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Te olvidaste del pez… y te pillé

Como es evidente, el título de este blog es una reformulación del refrán «por la boca muere el pez».

Este refrán hace referencia a que el éxito de un día de pesca depende, en gran parte, del despiste de la presa. En muchas ocasiones, cuando un delincuente planea su crimen, intenta pensar en todos los detalles para evitar que lo pillen. Muchos «malos», aunque no lo creas, tienen en mente las técnicas que aparecen en CSI: el análisis caligráfico, de ADN, de huellas, informático, o incluso de la impresora y de la tinta que se han usado para imprimir mensajes anónimos. Por eso, algunos deciden escribir la amenaza en ordenador, imprimirla en una impresora que no es suya, tocar el papel con guantes y jamás lamer el sello.

No, no me lo estoy inventado. En algún caso en que he trabajado el propio criminal le ha dicho a la víctima que lo había hecho así para que no lo pillaran y que ni siquiera se molestara en solicitar un análisis forense de sus cartas porque no iban a encontrar nada que lo identificara. Y este es el punto en que es genial que el delincuente no pensara en… ¡la lingüística forense!

Y es que el refrán «por la boca muere el pez» tiene mucha relación con mi día a día. Atrapo al «malo» cuando, en un descuido, abre la boca. De hecho, el refrán completo en castellano es «por la boca muere el pez y el hombre por la palabra», según el filósofo y ensayista Julián Marías. Pero este no es el único refrán relacionado con los peligros de abrir la boca, ¡qué va! En español tenemos una gran variedad que te lo advierten, mi querido delincuente: «Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice», «si el juil no abriera la boca, nunca lo pescarían» o «quien mucho habla mucho yerra». Así que recuerda, en boca cerrada no entran moscas.

¡Hay que ver lo que me gusta a mí un dicho popular! Por cierto, cuidado con los dichos y refranes que usas, que también pueden revelar algunos de los rasgos de tu perfil sociolingüístico… ¿Tú qué crees? ¿Por qué escogería yo ese refrán para el título del blog conociendo los otros?