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27 Dic 2018
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Miscelánea de los desvíos de la norma que, por descuido o por ignorancia, cometen los periodistas. Los aciertos no están aquí pero son muchos más.

Alberto Gómez Font

Lingüista, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, ex director del Instituto Cervantes de Rabat y ex coordinador de la Fundéu.

La cuestión de los afroamericanos

¿A qué América se refiere la edición del 2001 del Diccionario: a los Estados Unidos o al continente?

En el Vademécum de español urgente (vol. II) , editado por la Agencia Efe en 1996, el mismo que ahora escribe estas líneas decía lo siguiente sobre el neologismo afroamericano, traducción calcada del también neologismo inglés afroamerican:

«En las noticias procedentes de los Estados Unidos de América sobre la formación del nuevo Gabinete del presidente Clinton aparece repetido un nuevo término para hacer referencia a los negros de ese país: afroamericanos.

»La palabra en cuestión no está mal formada , puesto que sirve para explicar la procedencia de esas personas y tiene la misma forma que hispanoamericanos. Pero el hecho de que no esté mal formada no tiene nada que ver con la conveniencia ni la necesidad de su introducción como sustituta de negros, voz que por sí sola ya denota la procedencia de esa comunidad, ya que todos los negros de América proceden de África, al igual que los que se han asentado en otras partes del mundo.
» Quizá cabe preguntarse si los redactores que escriben afroamericanos pretenden referirse solo a los negros de los Estados Unidos, para diferenciarlos de los de Cuba, Puerto Rico, la República Dominicana y otros países de la zona. De ser así, el intento está fallido, puesto que América no es el país que hay entre Canadá y México, sino todos los que se extienden desde la Patagonia hasta Alaska, y en muchos de ellos parte de la población es de raza negra, cómo no, procedente de África, y son, pues, también afroamericanos.

»El elemento compositivo afro– se usa en Cuba para referirse a un tipo de músicaafrocubana— en la que perviven los ritmos africanos, como en la de otros países antillano y Brasil. También aparece en afronegro, voz usada para referirse a los rasgos, hábitos y costumbres africanos que perviven en las colectividades hispánicas de Américas, y en afronegrismo, que es como se llama en lingüística a las palabras tomadas de las lenguas de los negros africanos, y a la actitud de defensa y recuperación de elementos afronegros en los países hispánicos de América.

»No es necesario buscar eufemismos para referirse a los negros, y en las noticias puede decirse, sin molestar a nadie, que en el Gabinete de Clinton hay cuatro negros y dos hispanos. Es mejor evitar esa forma poco clara (en todo caso habría que hablar de afroestadounidenses) y nada necesaria, y seguir hablando de blancos, negros, amarillos e indios, sin falsos pudores y si miedo de utilizar un término que solo es peyorativo si se toma como tal».

¡Y pensar que escribí todo eso para nada! Pues ocurrió lo de siempre, y esta vez fue en la edición del 2001 del Diccionario, donde apareció ese palabro, y su definición era ‘Se dice de los descendientes de los esclavos africanos llevados a América , y de su arte, cultura y costumbres’. Mas… ¿a qué América se refiere ese diccionario: a los Estados Unidos o al continente? ¿Y por qué no mencionan que esa voz es un calco del inglés afroamerican…?