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07 Feb 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

La voz del fútbol

No soy futbolero, pero me reconozco fascinado por el irracional fervor que despierta el deporte rey. Y más concretamente, por su lenguaje.

Lo primero que llama mi atención es que a menudo, en mi taxi, el usuario presupone que el taxista ha de ser obligadamente aficionado al fútbol y, en consecuencia, hincha de algún equipo. Y como el azar me llevó a ser taxista en Madrid, para el usuario (principalmente el turista extranjero; de hecho, es lo primero que pregunta nada más tomar mi taxi en el aeropuerto) sólo tengo dos opciones: O soy del Atlético de Madrid o soy del Real Madrid. No me preguntan si me gusta el fútbol, sino que lanzan directamente la misma pregunta: «What´s your team, Atlético o Real?». Yo siempre respondo al azar, a veces digo que el uno y otras veces el otro, y el resultado es que en cualquiera de los casos los usuario parecen satisfechos, como dando a entender que yo también estoy en su onda. Luego tratan de ahondar en el tema, y me preguntan por jugadores en concreto. Ahí patino, pero no del todo: tiendo a repetir obviedades que ya he escuchado en boca de usuarios anteriores, y al menos en lo que dura el trayecto soy capaz de salvar los muebles. Según parece, si eres taxista debes manejar términos como «abrirse a las bandas» o «triangular». No tengo puñetera idea de qué significan, pero los suelto indistintamente a vuelapluma y normalmente cuelan.

Por otra parte, en las salidas de los partidos (ahí siempre soy del mismo equipo que el usuario) me asombra el tono trágico del aficionado en cuestión. Me asombra escuchar la pasión con que describe el fallo del portero, o el proceso de tal o cual jugada con resultado de gol. Demuestran una pasión ciertamente contagiosa, y yo los secundo con cara de asombro y «guauuus» y «ufffs» varios. De hecho, llama la atención que en lo referente al fútbol se expresen mejor que con cualquier otro tema (gracias, tal vez, al uso de los mismos adjetivos y expresiones que emplean los comentaristas de la tele o la radio; demuestran un lenguaje muy compacto e interiorizado, quiero decir).

Y añado: el fútbol es el único tema de conversación cuya efervescencia no ha variado un ápice en los más de doce años que llevo en esto del taxi y la literatura; la política, sin embargo, o cualquier otro tema de actualidad, sí que presentan fuertes altibajos o son tratados con tiento por si pudieran ser motivo de ofensa). Curioso dato.

No sé qué tendrá el fútbol ni quiero saberlo. Pero aunque no lo entienda ni puede que llegue a entenderlo nunca, me encanta que te encante.