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04 Feb 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Hace falta coraje

«La idea es conseguir que el lenguaje se convierta en un mapa de tu mente», me dijo un hombre ajado y enjuto en mi taxi.

Llegamos ahí saltando de un tema a otro como dos canguros que acaban de encontrarse: del tiempo al tráfico, del tráfico pasamos a las prisas de una sociedad que no puede permitirse descansar (descansar = pensar), de las prisas a las pausas, y de las pausas al disfrute de un buen libro y a un uso responsable del lenguaje. En este punto, el tipo me soltó varias perlas valiosísimas: «Todos deberíamos preguntarnos, en la medida de nuestras posibilidades, cuántas palabras necesitamos para manejarnos por el mundo con soltura. O si esas palabras son suficientes para que el oyente comprenda lo que realmente queremos decir. O si, por el contrario, tendemos a quedarnos cortos». «Es motivo serio de frustración querer decir algo y, sin embargo, que el mensaje acabe llegando distorsionado por no haber encontrado las palabras exactas. Hay muchos conflictos por culpa de esto, no exagero. También se debe a una clara falta de honestidad y de coraje. Miedos varios, ya me entiende».

«Del mismo modo que somos dueños de nuestras palabras, deberíamos también ser dueños de las consecuencias que pudieran ocasionar. Si tienes una bomba en tu poder y decides lanzarla, el resultado será de tu absoluta responsabilidad».

Cuando el tipo bajó del taxi olvidé detener la grabadora y continuó grabando el murmullo del tráfico. Y después captó la voz de un chaval que me alzó el brazo en la calle y abrió la puerta con una mano mientras hablaba por teléfono con la otra: «Un momento, Charlie, acabo de entrar en un taxi. (A Zurbano con Miguel Ángel, por favor). ¿Charlie? Escucha, no tuve nada de nada con Patri, en serio, tío, no te comas la olla con eso.  Nos tomamos unas birras y punto. Luego ella se fue a su casa porque me dijo que al día siguiente tenía que madrugar, y yo me quedé con los del Master echando unas risas. Y lo de su storie de Instagram diciendo que estaba happy porque su corazón volvía a latir después de romper contigo pues no sé, Charlie, cosas de tías».