PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

17 Dic 2019
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Irse de la lengua (ESPECIAL cenas de empresa)

He visto el muelle que sujeta las palabras romperse en mil pedazos en mi taxi. Cuidado con las cenas de empresa: las carga el diablo.

Jefe y subjefe y becario entrepreneur sentados en línea, codo contra codo, en la parte trasera de mi taxi. A mi derecha, una tal Carmen de Recursos Humanos. De los cuatro, el que más ha bebido es sin duda el subjefe. Apenas puede articular palabra sin trabarse, y tras un par de intentos fallidos (trata de decir «Carmen» pero le sale «Cagme»), ha optado por permanecer en un discreto segundo plano. El jefe, por su parte, aunque también se note que ha bebido, controla perfectamente la situación. No para de bromear, pero sin perder su rictus serio. A todos los efectos, sigue siendo el jefe.

Pero el becario parece haberse venido arriba. Se le nota con ganas de aprovechar la oportunidad que le ha brindado el destino de compartir habitáculo con semejante elenco. No parece borracho de alcohol, pero sí de poder. Habla nítido, aunque sin filtros. ¿Su objetivo? Despellejar sutilmente a los ausentes.

—¿Tomás? Tomás no sabe beber. Bueno, tampoco sabe redactar informes sin faltas de ortografía… suerte que estoy pendiente y los reviso antes de enviarlos.

Carmen («Cagme» para el subjefe) hace las veces de muro de contención para el becario. Le interrumpe, trata de suavizar sus improperios, le hace gestos sutiles con la mirada:

—Anda, Germán, que todos cometemos faltas de ortografía.

—Ogtogragía— suelta el subjefe con la cabeza ahora apoyada en la ventanilla.

—Ya, pero ¿TANTAS?

—Y más— sentencia el jefe. —Por cierto, ¿habéis probado los taquitos de solomillo con brie? Buenísimos.

—¿Eran de buey? —pregunta Carmen.

—No. Era Cosme. ¿Os acordáis de Cosme?

—JAJAJA —ríe con desmesura el becario.

—Sí… el de contabilidad… ¿Qué habrá sido de él? Desapareció de un día para otro y…

—Te lo acabo de decir. Lo sirvieron en taquitos —sentencia el jefe muy serio.

—Y EL BRIE EN REALIDAD ERAN SUS SESOS TRITURADOS —interrumpe el becario.

(Se hace el silencio. Carmen le mira muy seria).

—Cagme. Bonitos pindientes, Cagme. Yo li riegalé unos paricidos a mi ex.

—¿Te has separado? No lo sabía… —le espeta el jefe.

—Uff, seh. Hase como… un mes… u dos.

—Buen grupo —dice el jefe.

—¿Ein?

—U2.

—JAJAJA. WITH OR WITHOUT YOUUUU —otra vez el becario.

(De nuevo silencio. Carmen ya pasa de decirle nada).