PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

20 Dic 2019
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Solo contigo

Diréis que son pestañas, pero yo sólo veo comas pegadas a la línea de los ojos. Comas que buscan afianzar la pausa, negro sobre carne, en cada parpadeo.

Jueves. Solamente el espejo retrovisor de mi taxi (y todo lo demás, ruido). La imagen reflejada de tus cejas, tu nariz, tus pómulos rosados. Tu rostro en su conjunto debería ser un cuadro de John Everett Millais: yo te he visto antes. O tal vez hubiera deseado verte antes, en mi vida de antes, cuando el mundo se antojaba masticable y la palabra «miedo» era cosa de pardillos que no sabían besar. Antes, no ahora, que soy un franquiciado de otros tantos, un producto en cadena, no más que un lémur en un zoo de provincias cerrado por obras.

Pero no he venido aquí para hablar de mí, sino del yo que pude ser para contigo. No quiero decir que aquel yo hubiera actuado distinto. Tal vez, en aquellos tiempos, te habría mirado sin ser visto (igual que ahora) y, como mucho, habría buscado la música apropiada (igual que ahora). Nada de iniciar conversación, nada de miradas seductoras, sólo ojos de hambre, de socorro, igual que ahora. Pero antes yo era un náufrago de veras, y hoy tengo mi isla (a Euribor +1,11% TAE) y una biblioteca llena de libros con todas esas vidas que pudieron ser.

Y a fin de cuentas, sigo siendo yo quien decide qué leer y quién habitará mis castillos en el aire. Aire necesario para respirar, quiero decir. Y he dicho.