PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

03 Feb 2022
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

«Aquí se rompió un piño Jacinto Benavente»

He vuelto a escuchar más audios de mi etapa como taxista en Madrid y, de entre todos, más de ochenta, ha llamado mi atención el que transcribo…

…no tanto por su contenido, que también. Sino porque soy incapaz de recordar el contexto, ni el trayecto, ni el rostro de la dueña de esa voz (que a la sazón suena preciosa: pelín rota y sin embargo dulce y joven a rabiar). Lean:

—No entiendo esas obras, en serio te lo digo. Abren la calle, parchean la cañería o lo que sea, y luego cierran como si nada.

—No entiendo que no entiendas…—se me oye decir.

—Fácil. Y perdón por la paranoia, pero para mí la calle, la acera, es como la piel de la ciudad, ¿me sigues?

—Bien.

—Una avería es, digamos, una operación quirúrgica. Abren la piel, operan, y la cierran de nuevo.

—¿Y?

—La cicatriz. No hay cicatriz. No se ve. Posiblemente hayamos pasado mil veces por calles abiertas y cosidas decenas de veces y nadie lo sabe. Se olvida. No respetamos las heridas.

—Interesante… —digo.

—Hay historias detrás, quiero decir. Muchas. Por ejemplo: ¿sabías que en esa esquina que acabamos de pasar murió un hombre acuchillado?

—¿De veras?

—No. No lo sé. Me lo acabo de inventar, pero podría ser, ¿no crees?

—Ya…

—Placas. Placas en el suelo con mensajes. ˝Aquí se tropezó y se rompió un piño Jacinto Benavente”, por ejemplo.

—Esas anécdotas están en los libros.

—Pero los libros son para unos pocos. El mensaje debería estar a pie de calle y al alcance de todos. Que sepamos cuántas vidas caminamos. Déjame aquí. Academia de japonés. Hoy es mi primer día.

—Pues mucha suerte y gracias por la charla. Son siete con veinte.

—Cobra ocho.

—Arigato.

—¡Baibai!