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03 May 2019
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Palabras con calidad fotográfica

Las palabras también sirven de gancho para mantener el pasado amarrado al presente.

A veces son el único reducto que nos queda, como una foto intacta en la cabeza. Buen ejemplo es el asombroso testimonio de aquel hombre que subió el otro día en mi taxi, y la charla, y la noche, y puede que dos copas por su parte le llevaran a soltarse demasiado:

“Laura. No recuerdo el apellido, pero sí su nombre: Laura. Media melena castaña, sonrisa impecable y un pequeño lunar pegado a la línea superior del labio de arriba, casi en el borde de su comisura izquierda. Labios gruesos, por cierto, joder que sí. Y un cuerpo, unas curvas, que se acentuaban precisamente los jueves. Recuerdo los jueves porque era el día que teníamos gimnasia, y ella en gimnasia siempre lucía camisetas realmente ceñidas y un pantalón de chándal cuya tela, ya sabes, era del mismo material del que se tejen los sueños. O dicho en román paladino: le hacían un culo espectacular, redondo, compacto, y yo me sentaba justo en el pupitre de detrás, y me pasaba las horas muertas observando su nuca, sus hombros y el relieve del ganchito del sostén, y esperando a que llegara el final de cada clase para verla despegar su culo del asiento. En aquellos tiempos, 2º de BUP, te juro que habría dado la vida por ver ese cuerpo desnudo. Tendría yo 15 años, hazte cargo. Hoy ya tengo 45, estoy felizmente casado, tengo dos hijos. Han pasado, dios santo, 30 años de aquello, y no sólo recuerdo a Laura con las palabras exactas, sino que hoy, ahora, te juro que también daría todo lo que tengo por ver el cuerpo desnudo de aquella chica. Podrá sonarte exagerado, o podrás pensar que valoro muy poco mi vida cambiándola por semejante deseo, pero nada más lejos. Me gusta mucho mi vida, no la cambiaría por nada en este mundo… excepto por ver, solo un instante, a Laura desnuda”.