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24 Ene 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

La musicalidad en otras lenguas

Mi taxi agrupa a diario un buen puñado de idiomas, y al no practicar la mayoría, tiendo a fijarme en su musicalidad. Y algunos, lo reconozco, me tensan.

No es así el italiano, lengua musical por excelencia, o el francés, de suaves matices. El portugués también me agrada, y el gallego. Con el chino, sin embargo, me sucede lo contrario. No es tanto por la excesiva distancia respecto a mi idioma, sino por el tono y la marcada pronunciación de quien lo emplea. A menudo, los chinos que hablan entre ellos en mi taxi o bien por teléfono, emplean un tono demasiado alto, ciertamente violento, o al menos a mí me violenta sobremanera. Y lo mismo me sucede con el ruso, el ucraniano, el polaco y demás lenguas del Este. Y también, especialmente, con el árabe. Hablan con tal contundencia y en un tono tan grave y tan alto en decibelios que parecen realmente cabreados, como si estuvieran discutiendo con su interlocutor acaloradamente, aunque en realidad se encuentren debatiendo, qué sé yo, acerca de la suavidad visual de Winnie de Pooh. Supongo que el uso indiscriminado de oclusivas ayuda a ejercer un carácter rudo en el habla, y eso intimida al nada ducho en su lengua o en sus costumbres.

Con el japonés, sin embargo, reconozco sentimientos contradictorios. Los japoneses, aunque guarden, desde un punto de vista occidental, cierta similitud física y en el habla con el chino, tienden a hablar más suave, casi susurrando, y al escucharles no puedo evitar pensar que todo lo que dicen son sabios haikus de temática siempre profunda, aunque lo digan mientras señalan con el dedo un parquímetro.  Y al bajar del taxi siempre sonríen, y agachan la cabeza. Son realmente adorables. (El italiano, por cierto, tiende a darte la mano al despedirse, y el argentino jamás da propina, aunque este dato nada tenga que ver con la temática del post sino más con mi desahogo particular).

Dicho lo cual me pregunto qué opinarán todos ellos de nosotros. Qué visión tendrá el árabe, el chino, o el ruso del uso del español como lengua. Ojalá poder saberlo.