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23 Nov 2020
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Sentencias recicladas

Al Laboratorio SQ  nos llegan distintos casos de atribución de autoría, pero hay un tipo en especial que destaca por la extrañeza que le supone al cliente y es la atribución de autoría de textos judiciales. Con mucha más frecuencia de lo que uno se puede imaginar, me requieren para determinar si un escrito judicial (una sentencia, un auto, una providencia…) lo ha escrito el agente judicial que lo firma.

En estos casos es imprescindible que el perito en lingüística forense tenga en cuenta las características de este género textual, por ejemplo, el tipo de fórmulas empleadas, la estructura fija, la citación de leyes, la extracción de fragmentos de dictámenes periciales, etc. que deben ser analizadas y valoradas cualitativamente por el perito para determinar si reflejan marcas del estilo idiolectal del autor o, simplemente, son características generales del tipo de texto legal. Además, el perito en lingüística forense también tiene que tener en cuenta que es habitual que los autores de estos textos legales se sirvan de documentos ya disponibles para elaborar nuevos textos. A menudo, utilizan escritos que ya existen como modelos, ya sean propios o de terceros, y simplemente introducen las modificaciones pertinentes para crear nuevos escritos.

Y es que no es tan descabellado reutilizar un texto. ¿Cuántas veces no lo hemos hecho nosotros? Nos basamos en un texto que ya tenemos para crear uno nuevo. Hace un tiempo descubrí una herramienta maravillosa y que os animo a todos a descubrir, Artext. Es un asistente de redacción con forma de procesador, es decir, como si se tratara de Word. A partir del tipo de texto que le indicas que quieres crear (trabajo final de máster, artículo científico, queja…), te propone la estructura, el formato, te corrige el texto ortográficamente y, además, te revisa su adecuación lingüística. Sin duda, cada día los lingüistas forenses lo tenemos más difícil, pero… ¿a quién no le gusta un reto?