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03 May 2022
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Periodismo y asesinos en serie

Este fin de semana tuve una mesa redonda sobre Jack el Destripador y otros asesinos en serie en el marco de la Fira del Llibre de València. Las cartas de Jack el Destripador han sido analizadas en múltiples ocasiones y desde distintas disciplinas, también desde la lingüística forense. 

Hace unos años, el lingüista forense Andrea Nini analizó nada más y nada menos que 209 cartas. En algunas de ellas encontró patrones lingüísticos consistentes, como el uso de ciertas expresiones y colocaciones. De este modo, pudo determinar que las cartas con mayor importancia histórica habían sido escritas por el mismo autor. Pero ¿indicaba eso que las había escrito Jack el Destripador? Bueno, pues seguramente no. Nini concluyó, en cambio, que seguramente las había escrito un periodista cuyo jefe le había pedido que avivara el caso de algún modo, ya que había comprobado que cada vez que se hablaba de Jack el Destripador la venta de periódicos crecía exponencialmente.

Más allá de la anécdota y el misterio generado por la autoría incierta de esas cartas, me gustaría poner el énfasis en la importancia de la ética periodística. Es imprescindible que los periodistas expliquen los casos desde el rigor, respetando la investigación y a las víctimas. Deberían dejar de lado el morbo y el ciberanzuelo (o clickbait). La investigación no puede verse influenciada por los medios y estos nunca deben motivar a la réplica de los crímenes dando bombo a detalles escabrosos o teorías macabras.