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25 May 2020
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

¿Me estás amenazando?

En casos criminales, el análisis discursivo de los mensajes puede ser clave para determinar el nivel de amenaza.

Por ejemplo, el uso de un lenguaje explícito, como en «voy a matarte», sería la típica amenaza directa, pero ¿qué sucede si alguien te dice «atente a las consecuencias»? Esa es una amenaza velada. Las amenazas también pueden ser condicionadas, como en «si vas a la poli, te mato».

En mis análisis, primero me planteo de qué tipo de amenaza se trata. Siguiendo el modelo del Federal Bureau of Investigation (FBI), puede ser una amenaza directa, indirecta, condicionada, velada o no específica. Seguidamente, realizo un análisis lingüístico poliédrico, que incluye el análisis discursivo-argumentativo, el psicolingüístico, el sintáctico y el semántico. Algunas de las variables concretas que estudio son la tipología de lenguaje (por, ejemplo, si es explícito o vago), la coherencia y la cohesión de las ideas, la lógica en el mensaje, la (des)personalización, la distancia entre emisor y receptor, el uso de pronombres personales, la repetición de ideas y la carga cognitiva.

Mediante la observación de estas y otras variables, se puede llegar a una conclusión sobre si el nivel de amenaza es alto, moderado o bajo. Generalmente, este tipo de análisis son necesarios cuando trabajo en equipos multidisciplinares y, concretamente, con perfiladores criminales, los cuales también realizan una valoración de la probabilidad del cumplimiento de la amenaza (desde otra disciplina y analizando otros rasgos).

Lo ideal es cuando ambos expertos llegamos a conclusiones similares. Así que, ya sabes, si vas a lanzar una amenaza… atente a las consecuencias.