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25 Oct 2021
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

El primer juzgado especializado en menores víctimas de violencia ya está en marcha

El 4 de junio de 2021 se aprobó y publicó la ley orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, también conocida como Ley Rhodes, en la que se indica que los órganos judiciales, la fiscalía y los equipos técnicos deben especializarse en infancia y que se deben crear juzgados específicos de violencia contra la infancia y la adolescencia ya que es un tipo de violencia distinta que requiere de personas especializadas, al igual que sucede con las mujeres víctimas de violencia doméstica y de género.

Este mes de octubre se ha abierto el primer Juzgado de Violencia en la Infancia y la Adolescencia en España. El juzgado está en Las Palmas de Gran Canaria y es un proyecto piloto que pretende proteger a los menores en el momento de narrar sus experiencias. Este nuevo proyecto aborda dos cuestiones principales con este tipo de víctimas, por un lado, que los menores solo tengan que explicar los hechos una única vez y que sean escuchados por expertos en infancia.

Por este motivo este juzgado de instrucción está formado por un equipo multidisciplinar con un magistrado, el equipo de la Unidad de Valoración Forense Integral, dos médicos forenses, un psicólogo forense y un trabajador social.

Además, también han adaptado el entorno físico a los menores: las salas tienen una decoración infantil utilizando muebles diseñados para ellos, con juguetes, han decorado las paredes e incluso han usado distintos tejidos para las sillas. Otro aspecto muy importante es el tecnológico. Justamente para asegurar que solo sea necesaria una única declaración, todo el proceso se graba en vídeo, se dispone de un circuito cerrado de cámaras y hay un sistema integrado de videoconferencias para poder conectarse con salas internas y externas al edificio.

En definitiva, se trata de una iniciativa que era totalmente necesaria para proteger a los menores de ser revictimizados por el sistema y que espero que pueda contar también con el asesoramiento de lingüistas forenses, tanto en sus primeros pasos como para proyectos futuros que permitan evaluar las prácticas y formular propuestas de mejora. Los lingüistas forenses pueden asesorar en la formulación del tipo de preguntas, la dificultad de la formulación o incluso del vocabulario que debe utilizarse dependiendo de la edad y la situación del menor; en la evaluación del testimonio para detectar posibles anomalías en el discurso del menor o pistas del posible agresor; o incluso indicar puntos de mejora por parte del entrevistador, que podría haber condicionado o contaminado involuntariamente las respuestas del menor.