PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

29 Mar 2021
Compartir

Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Negociación lingüística con el secuestrador

Una de las situaciones en las que participa un lingüista forense es en las negociaciones en casos de secuestro.

Imaginémonos en un caso en el que hay un robo violento que acaba con un secuestro múltiple y el secuestrador quiere una recompensa para liberar a los rehenes. En las primeras comunicaciones, generalmente, el agente suele comunicar al secuestrador los actos ilegales cometidos y cómo se va a proceder. Una de las técnicas del negociador es intentar establecer una relación de confianza con el secuestrador para obtener reacciones favorables.

En este contexto, el lingüista forense asesora a los negociadores para leer las entrelíneas de las comunicaciones con el secuestrador y también para reforzar el vínculo de confianza entre el negociador y el secuestrador a través del lenguaje. En estos casos es muy valioso el concepto de performatividad del lenguaje, es decir, mediante el uso del lenguaje llevamos a cabo acciones. En este sentido, el análisis de  aspectos lingüísticos del discurso del secuestrador, como los distintos tipos de adjetivo o adverbio, y el uso de ciertos elementos lingüísticos por parte de los negociadores, como los tiempos verbales (vais a venir o vendréis), los verbos modales (puedo, deberían, tenéis que…), el tono de voz o incluso distintas estructuras sintácticas, va a permitir comprender y moldear lo que el secuestrador pueda creer que sucede o que va a suceder.

No hay un modelo lingüístico prescriptivo que el negociador debe seguir, pero el análisis lingüístico ayuda al negociador a reflexionar sobre aquellas estrategias lingüísticas que resultan ser mejor o peor recibidas por el secuestrador y desarrollar una estrategia lingüística adecuada a cada caso. Por ejemplo, puede observar si el secuestrador es más colaborador cuando se le acusa mediante preguntas directas («¿hizo esto?»), se le exige mediante verbos modales o verbos en imperativo (debe), se le discute contradiciendo sus informaciones («eso no es así») o se le da la sensación de tener el poder de la negociación utilizando oraciones condicionales o interrogativas («¿podría hacer esto?»).