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08 Mar 2021
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Bretón y la negación de hechos probados

El 8 de octubre de 2011 José Bretón mató premeditadamente a sus dos hijos como venganza contra su mujer, quién quería divorciarse de él. Bretón calcinó los cadáveres de los menores para evitar dejar ningún rastro. Durante el juicio siempre negó los hechos probados y mantuvo que los había perdido en un parque. 

El discurso de sus declaraciones en el juicio celebrado en 2013 es muy interesante desde el punto de vista lingüístico, ya que presenta distintos comportamientos lingüísticos muy marcados. Pero uno de ellos destaca por su relevancia a la hora de estudiar las estrategias propias del discurso no veraz, la polaridad negativa. 

La polaridad negativa se refiere al uso de elementos gramaticales que formulan una negación. En español, el adverbio de negación por excelencia es no. En el discurso de Bretón en el juicio, las declarativas de polaridad negativa son muy frecuentes: llega a hacer 37 negaciones en 15 minutos. Generalmente, y como era esperable, las utiliza para negar las acusaciones de la Fiscalía, pero hay un momento clave en el juicio en el que se le pregunta si mató a su hijo: «¿Usted mató a su hijo ese día?». Bretón, contra todo pronóstico, no utiliza una partícula de polaridad negativa para negar la acusación, sino que responde: «Eso que está usted diciendo es completamente falso, yo quiero a mi niño con locura».

Para obtener una respuesta sí o no a esa pregunta son necesarias dos reformulaciones más por parte de la fiscal y hasta la intervención de la propia juez, quién le pregunta justamente por qué no responde sí o no: «¿Por qué no contesta directamente? En vez de decir eso que está usted diciendo. Usted conteste sí o no. “No maté a mi niño”. ¿Por qué no contesta así?». Y le pide explícitamente una respuesta sí o no: «Le estoy diciendo que eso no es la respuesta directa que se hace a una pregunta tan clara».

En 2013, el jurado dictaminó la culpabilidad de Bretón por unanimidad y fue condenado a 40 años de cárcel por la Audiencia Provincial de Córdoba, aunque en 2015 su condena fue rebajada a 25 años.