¿Cómo son los materiales para la prevención de la violencia de género entre los jóvenes?
Un estudio reciente ha analizado cuatro materiales elaborados por administraciones públicas y universidades entre los años 2010 y 2020 para la prevención de la violencia de género entre los adolescentes.
La investigación, llevada a cabo por Gerard Coll-Planas y Conchi San Martín de la Universitat de Vic, tenía como objetivo observar cómo se construyen las figuras de víctima y agresor en estos materiales.
Uno de los puntos analizados es la agentividad en el marco de una relación violenta entre adolescentes: ¿a quién se atribuye la capacidad de actuar? Según los resultados, la mayoría de los materiales analizados atribuyen toda la responsabilidad de prolongar una relación violenta a los chicos y proyectan a las chicas como víctimas pasivas de la violencia.
A la vez, paradójicamente, emplazan la responsabilidad de buscar una solución a la situación violenta únicamente sobre la chica. Según este discurso, es ella quien debe buscar ayuda en los demás. No se considera que los chicos puedan tener capacidad de hacer nada por cambiar la situación.
Es cierto que esta división de responsabilidades evita culpar a la víctima por continuar dentro de la relación, pero no muestra que el agresor también puede desempeñar un papel activo en generar un cambio y, por ejemplo, buscar ayuda para conseguir transformar una relación violenta.
Además, los materiales analizados contenían numerosas carencias en cuanto a la representación de la diversidad de género, etnia, preferencia sexual, edad, religión, educación, clase social, etc. Un peligro de esto es que no todos los adolescentes se sientan representados o apelados por estos materiales de prevención.
Es sumamente importante que se cuente para el diseño y difusión de campañas y materiales de prevención de la violencia de género, especialmente los dirigidos a adolescentes, aunque también al resto de la población, con el conocimiento y la experiencia de investigadores especializados en esta materia. Y para muestra, un botón. Espero que los resultados de estudios tan imprescindibles como el que os he mostrado hoy se tomen seriamente en cuenta en iniciativas futuras, para que lleguen a ser lo más efectivas posible y combatamos con éxito, por fin, esta lacra.