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31 Oct 2022
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Juana Canal, la esperanza es lo último que se pierde

Hace casi 20 años, el 22 de febrero de 2003, desapareció Juana Canal, madre de dos hijos que había rehecho su vida con Jesús P. Él fue la última persona en verla y declaró que el día de la desaparición habían discutido, ella había tomado una gran cantidad de medicamentos y se había marchado. En esa situación, Jesús había dejado una nota manuscrita a uno de los hijos de Juana para explicarle lo sucedido:

 «Sergio, hemos vuelto a discutir, (ha llamado a la policía y todo), tu madre se ha tomado un montón de pastillas y se ha ido, ha habido un momento que se ha quedado muy grogi, me ha amenazado con beber, me voy a buscarla».

 Sin duda, una nota en la que él presenta su coartada: mantienen una mala relación, con discusiones frecuentes. También describe el estado de la víctima, indicando que estaba extremadamente alterada («ha llamado a la policía y todo») y apuntando a un consumo excesivo de medicación con posible mezcla de alcohol, lo que podría conducir a un estado de inconsciencia o incluso a un escenario mucho peor. Y, por supuesto, incluye en la nota la descripción de su propia imagen: demuestra preocupación y adopta un rol de cuidador («me voy a buscarla»).

 Los familiares de Juana jamás creyeron que se trataba de una desaparición voluntaria, porque se habría ido con lo puesto y, sobre todo, porque jamás habría abandonado a sus hijos. Aun así, el caso estaba a punto de prescribir cuando, a finales de junio, la Policía Nacional se puso en contacto con ellos para comunicarles que un senderista había hallado unos restos óseos (un cráneo y un fémur) y que su ADN coincidía con el de Juana.

En septiembre, la jueza autorizó la intervención de las llamadas telefónicas de la pareja de Juana. Y… ¡cómo no! Por la boca muere el malo. En esas llamadas, Jesús confesaba el asesinato de Juana y hasta podría haber indicado que una segunda persona le habría ayudado a encubrir el crimen.

Hace unas semanas, los investigadores de la Guardia Civil localizaron más restos de Juana, otro fémur y un hueso de la cadera. El miércoles pasado, Jesús fue detenido y trasladado de Madrid a Ávila para participar en la inspección del lugar donde se encontraron los restos de Juana.

 Jesús ha confesado.