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30 May 2022
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Un análisis lingüístico frena una ejecución en EE UU

En 2008, en Texas, Melissa Lucio fue sentenciada a muerte por el asesinato de su hija de 2 años. La pequeña se había caído por unas escaleras muy empinadas, un accidente fatal que acabó con su vida dos días después.

Al fallecer la niña, la madre fue detenida y, después de un interrogatorio de 5 horas, confesó los hechos. La Sra. Lucio se enfrentó a un juicio con jurado, en el que supuestamente se presentaron pruebas falsas e incluso se ocultaron pruebas que podrían haber demostrado su inocencia.

El 27 de abril de 2022 era la fecha en la que la Sra. Lucio debería haber sido ejecutada. Durante estos 14 años, siempre ha defendido ser inocente. Sus abogados han hecho un gran esfuerzo durante todo este tiempo para demostrar la inocencia de la Sra. Lucio, una mujer víctima de abusos sexuales y de malos tratos. Como parte de estos esfuerzos, sus abogados se pusieron en contacto con el lingüista forense Robert Leornard, quien lidera un proyecto en Hofstra University en el que se revisan casos de sentencias a muerte en las que la lengua jugó un papel crucial. El Dr. Leonard fue solicitado para analizar y comparar el interrogatorio policial que se realizó a la Sra. Lucio y a su pareja, el Sr. Álvarez. En esa comparación se pudieron observar cómo los agentes tenían objetivos distintos en los interrogatorios y que esa diferencia en los propósitos se traduce en el uso de estrategias lingüísticas distintas que conlleva la obtención de respuestas distintas y, por tanto, repercuten en la sentencia. En primer lugar, según el Dr. Leonard, se observa que el objetivo del interrogatorio del Sr. Álvarez es recabar información, mientras que en el caso de la Sra. Lucio el objetivo policial es acusarla de causar la muerte de la menor.

Si nos centramos únicamente en el análisis del interrogatorio de la Sra. Lucio, se observa cómo la acusaron hasta en 29 ocasiones de dañar a la niña. Los investigadores no aceptaban sus afirmaciones de inocencia, la interrumpieron en más de 70 ocasiones mientras intentaba responder a las acusaciones. El lingüista forense también indica en numerosas ocasiones que la invitaron a confesar los hechos «como madre», «a hacerlo por la niña» y que se utilizaron técnicas de interrogatorio que han sido rechazadas por la comunidad científica por inducir a confesiones falsas.

Gracias a la lingüística forense y al esfuerzo titánico de los abogados, la condena fue suspendida a solo dos días de que se ejecutase. Ahora, un nuevo tribunal valorará las nuevas pruebas y determinará si debe celebrarse un nuevo juicio.