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01 Feb 2019
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Miscelánea de los desvíos de la norma que, por descuido o por ignorancia, cometen los periodistas. Los aciertos no están aquí pero son muchos más.

Alberto Gómez Font

Lingüista, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, ex director del Instituto Cervantes de Rabat y ex coordinador de la Fundéu.

¡Abrígate, cariño, que está haciendo un tiempo álgido!

En el siglo XXI muy pocos hablantes de español establecen una relación entre los adjetivos álgido y gélido.

Para la gran mayoría uno da idea de caliente y el otro de frío; pero los que teníamos la misión de avisar a los redactores de noticias —en la última mitad del siglo XX— sobe los usos correctos y los incorrectos en nuestra lengua debíamos avisar de que no era apropiadas las construcciones del tipo «el punto álgido de las negociaciones», «en los momentos más álgidos del conflicto», «fue el instante más álgido de la carrera», etc.

En aquellos tiempos nos tocaba decir que lo correcto en esos contextos era culminante, de mayor intensidad, de mayor emoción, etc., y explicábamos que álgido era «el momento crítico de una enfermedad en que ha surgido el frío glacial». Pero lo cierto es que nadie, nunca, empleaba —ni emplea hoy— esa rara palabra para referirse a algo muy frío.

¡Abrígate, cariño, que está haciendo un tiempo álgido!