Literatura llama a literatura
Jacobo Bergareche vivió cuatro años en Austin (Texas), en los que accedió a la correspondencia privada de varios escritores, entre ellos de William Faulkner, en el Harry Ransom Center. De aquella investigación nació el libro Los días perfectos (Libros del Asteroide), una novela que ha definido con precisión Ricardo Menéndez Salmón cuando ha dicho: “Nos concede el raro privilegio de comprender cómo los hombres ganan la felicidad sin merecerla, la pierden sin darse cuenta y la añoran sin remedio”.
Inspirado en las cartas de amor que escribió William Faulkner a su amante Meta Carpenter entre 1936 y 1960, el autor planea un relato de amor y desamor que bucea en asuntos universales, como la emoción del enamoramiento y la desidia, a menudo inevitable, de las relaciones largas. Además, en esta obra se reproducen cinco cartas inéditas de la correspondencia de Faulkner a Carpenter.
Los días perfectos presenta a Luis, un periodista cansado de su trabajo y su matrimonio, que prepara un viaje planea para asistir a un congreso en Austin, donde se encontrará con Camila, único aliciente de su vida. A punto de salir hacia allí, recibe un mensaje suyo: “Dejémoslo aquí, quedémonos el recuerdo”. Triste y sin ánimos para casi nada, busca refugio en el archivo de la Universidad done encuentra por casualidad las cartas de Faulkner.
Nostalgia, humor, mucha sensibilidad, una inmersión en la literatura modernista del autor americano y la comprensión de sentimientos alrededor de los que nos reunimos todos los seres humanos están en esta ópera prima.