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25 May 2021
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Tipos de lenguaje: el claxon

Los conductores, cuando el lenguaje no alcanza su función de expresar un sentimiento, tocan el claxon. Y aunque aparente lo contrario, existe un amplísimo abanico de matices lingüísticos según la forma de tocarlo.

Si te encuentras parado en un semáforo, cambia a verde y transcurre más de segundo y medio antes de reanudar la marcha, siempre habrá quien te pite (me refiero a Madrid; el intervalo varía según las ciudades). Pero será un pitido leve, apenas una corchea suave y cordial; un preaviso que indica «te has despistado, no pasa nada; aquí estoy yo para sacarte del letargo y ayudarte a seguir las órdenes del tráfico». Pero si después de ese (leve) pitido continúas parado, vendrá después un toque de claxon más prolongado y sonoro que implica un lenguaje algo más tosco «Mira, ya te avisé antes cordialmente, pero la cordialidad también tiene un límite». (En Madrid ese límite es de exactamente 4 segundos).

Pero el sonido de claxon prolongado sirve también para advertir al otro conductor que está invadiendo tu carril indebidamente, o que se saltó un STOP o un ceda el paso y te obligó a frenar o a virar el rumbo. En tal caso, y en función del momento exacto de ese pitido, podrá ser interpretado como una advertencia, o como un improperio si el pitido es posterior a la pifia. Dicho insulto (pitido mediante) será proporcional a la pifia en cuestión, y/o al nivel de estrés y frustración del conductor agraviado.

Varios pitidos cortos y muy seguidos implican que quieres llamar la atención de alguien. O bien porque le conoces, o bien porque es famoso y le has reconocido (¿?), o para preguntarle algo (si el receptor es un taxista, será para preguntarle por calles o puntos de interés), o bien porque la testosterona te nubla el decoro y el juicio hasta el punto de querer incomodar a la chica guapa que camina a tu paso.

Pitidos correlativos de distinta duración, acompasados y emulando melodías festivas, significa que ganó la liga el Atlético de Madrid. Pero esto sucede en muy raras ocasiones y sólo estará justificado en un contexto por todos conocido (finales de fútbol, o el triunfo de un partido político), siempre con otros coches repitiendo tu misma melodía y adjuntando banderas (de España o del equipo) y bufandas y camisetas (del equipo). Si, en cambio, los vehículos lucen carteles reivindicativos y circulan lento con pitidos también acompasados, estos serán interpretados en clave de protesta.

Luego estamos los que nunca o casi nunca usamos el claxon salvo para advertir de inminentes peligros, ya que siempre conducimos en modo zen y hacemos nuestro el proverbio «si lo que vas a pitar no es más bello que el silencio, no pites». Somos pocos. Muy pocos. En Madrid calculo que siete. Ocho a lo sumo.