PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

18 Abr 2022
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Mi nueva vieja vida

Llevo meses encerrado, escribiendo, y ya no aguanto más. Necesito salir. Hablar con humanos. Buscar inspiración en las calles. Necesito volver a conducir un taxi.

Llevo un tiempo notándolo. Todavía guardo ideas en el cajón, y podría seguir exprimiendo ficciones hasta el fin de los tiempos, pero poco a poco voy perdiendo frescura y sensación de realidad. Lo veo en los diálogos que escribo: parecen enlatados. Como en conserva. Sólo me falta añadir un «consumir preferentemente antes de…» y una fecha.

Definitivamente no valgo para esto. Valgo para escribir, llevo casi dos décadas dándole a la tecla, pero ahora sé que no soy capaz de encerrarme tantas horas entre cuatro paredes. Me estoy consumiendo. Me apago. Me deprimo. Necesito luz. Necesito calle. Necesito gente. Necesito escuchar timbres distintos de voz, interactuar con desconocidos, cruzar miradas y que la chispa resultante genere historias asombrosas. Y escuchar puntos de vista alejados del mío. Y analizar gestos en edades comprendidas entre los 9 y los 99 años. Igual que un puzle.

Por eso mismo, hace unos meses decidí prepararme a conciencia el examen de capacitación para conducir un taxi en Valencia. Ya estoy habilitado para ser taxista en Madrid, pero cada comunidad autónoma tiene unas normas distintas y un título habilitante distinto. Así que descargué toda la documentación, estudié el temario, legislación, normativa, tarifas, itinerarios, memoricé el mapa de Valencia y aledaños (lo hice desde cero: sin conocer ni una sola calle), e incluso con ayuda de mi esposa, aprendí conceptos básicos de la lengua valenciana, ya que el valenciano forma parte del temario.

Pues bien, hace un par de semanas hice el examen. Y hoy mismo, acaban de notificarme que APROBÉ. Y además, con buena nota. Así que ya es oficial: será un reto enorme para mí volver a escribir como antes, como siempre: desde un taxi y en una ciudad completamente nueva para mí.

Y saldrán cosas enormes que harán honor a la idea inicial de este blog: Ciudad Sintaxis.

Seguiremos informando.