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07 Ene 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Análisis sintáctico de un beso

La sintaxis del beso es la disciplina lingüística que estudia el orden y la relación de los besos entre dos (o más) personas, así como las funciones que cumplen.

Pero hay besos que inyectan ansiedad en ambas partes, y también en el que mira. Sucedió hace unos días, en mi taxi, cuando una pareja reciente ocupó el límite exacto de mi espejo retrovisor. Aún hablaban tibios y sin embargo ansiosos por conocerse, preguntando y respondiendo atropellados al tiempo que celebraban con choque de brillo en los ojos cada detalle en común. Por lo que pude intuir, se habían conocido en uno de esos chats de internet para buscar pareja, y justo habían dado el paso de conocerse en persona: Una cena frugal, unas copas y mucha charla. Y esa charla, por lo visto, derivó en chispazo con visos de incendio provocado, como quien juega a ser pirómano y bombero a intervalos: incendiémoslo todo, pero sin prisa.

Llegamos al portal de ella y ahí se despidieron hasta una próxima e inminente cita. Aún no se habían besado ni procedía besarse (no en un taxi, pensarían), pero el deseo les llevó a un delicioso equívoco cuando se acercaron para darse los dos besos de rigor, el típico choque de mejillas, y al final calibraron mal, tal vez adrede, hasta acabar chochando la comisura derecha de él con la de ella, besándose justo en los límites finales de la boca (o los guiones del habla). Y no fue un error que lamentaran, ya que en el segundo de los besos hicieron lo mismo alargando incluso el choque. Fue increíble verlos reflejados en mi espejo retrovisor, posando cada cual su comisura en la continuación de la boca del otro y notando esa ansiedad que precede al deseo.

Ella se marchó, quedó el chico en mi taxi y le llevé en silencio hasta su casa mientras se tocaba con las yemas de los dedos sendas comisuras, como leyendo en braille el recuerdo húmedo y vibrante de un beso que no fue pero será.