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05 May 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Diario de un escritor en cuarentena (Día 54)

Escribir es también empatizar con el diferente. Todos, en fin, tenemos motivos de peso para actuar como actuamos. Sólo hay que preguntarse cuáles son esos motivos: los porqués inherentes a cada uno de nosotros.

Ponerte, por ejemplo, en la piel de un asesino. Llegar a entender sus motivos no implica justificar lo que hace, pero sí ayuda a viajar por fuera de uno mismo al epicentro de personajes que están en tus antípodas. Reconozco cierta fascinación por los asesinos en serie: qué engranajes internos les lleva a actuar de un modo tan atroz; cuál fue el desencadenante que les condujo a matar por vez primera. Muchos de esos casos se retrotraen a una infancia difícil y traumática. De hecho, todo viene de la infancia. Por eso me gustan especialmente las novelas que sobrevuelan ambos entornos; un presente salpicado por retazos del pasado (o un pasado que se intuye a través del presente).

El protagonista de la novela que estoy escribiendo tuvo un pasado peculiar que sin embargo asume con cierta ironía y dosis de humor. Se burla del pasado, pero las consecuencias de ese pasado en su día a día son ciertamente trágicas. Llegados a este punto, asumo que me está resultando realmente difícil encajar ambos mundos. Me refiero a que hay infancias que no afectan a todos por igual, y que al protagonista de mi novela, por alguna razón, le afectó más de lo que le habría podido afectarle a otro. Es más sensible que otros, más frágil en el fondo, supongo (claro ejemplo es el de dos hermanos cuyo entorno ha sido el mismo y sin embargo uno lo ha absorbido de forma traumática y el otro no). De modo que el pasado también se mezcla con aspectos más concretos de su personalidad. Una misma acción puede hacerte más fuerte o justo todo lo contrario. ¿Y cómo demostrar esa precisa personalidad que, en el fondo, es el eje sobre el cual gravita la historia? No es nada fácil responder a esto. Tienes que tener al personaje muy metido en la cabeza para saber cómo actuaría en cada escena circunstancia. Y hacerlo siempre de forma sutil para evitar caricaturizarlo o que la trama o el personaje parezca forzado. Aparentar naturalidad en todo momento.

Creo estar consiguiéndolo, pero no lo sabré hasta que no tenga el primer borrador completo. Sólo leyendo del tirón ese primer borrador, sabré si he logrado el objetivo. Veremos.

(69.700 palabras. Seguiremos informando)