PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

27 Sep 2019
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Tú la letra (y yo la música)

A propósito de hablar contigo mismo (me digo): ¿Qué timbre tendrá tu voz interior? ¿Será del tipo Norman Freeman o más bien Danny DeVito? ¿Por qué no podemos escucharnos nítidos dentro de nuestras cabezas? ¿Por qué asociamos la sabiduría del consejo a una voz gruesa y cavernosa, y la respuesta ridícula (mimimimi) al timbre agudo?

Estoy pensando en esto mientras conduzco mi taxi libre por la calle Génova dirección Colón. Hay mucho tráfico. Muchísimo. En la radio suena Under my thumb, de los Rolling.

Me viene a la mente una vieja amiga, Ana su nombre. Recuerdo que le gustaban mucho las canciones con mensaje y las voces graves. Nick Cave, Peter Murphy, Iggy Pop y esas cosas. Ana no concebía una buena letra sin una voz grave que la cantara. De hecho, le pasé un par de temas de Iván Ferreiro/Piratas (Turnedo y Años 80, creo recordar), y me dijo que no soportaba esa voz. Ni siquiera conseguí que prestara atención a la letra: «Quita eso», me dijo frunciendo el ceño. Me encantaba cuando fruncía el ceño. Estaba preciosa.

Pero luego le puse «My body is a cage» (canción de Arcade Fire pero esta vez versioneada por Peter Gabriel) y ahí cambió la cosa. Fue un momento epifánico para ella. “Mi cuerpo es una jaula / que me impide bailar con la persona que amo / Pero mi mente guarda la llave”. Y ese fue, tal vez, el inicio de nuestra historia de amor. Una historia breve pero intensa. Estuvo bien.

Tiempo después, Ana se casó con otro. Llevan años felices, creo. Yo también.

(He parado mi taxi en la parada de Colón, detrás de otros tres taxis. Ahora suena un tema de los Smiths, “There´s a light that never goes out”. La vida sin letras de canciones sería insoportable, estoy pensando).