Perdigón, vida y muerte
-Muchos tiros esta mañana, pero a los zorzales. Perdices no se ven. Algún bando suelto, pocos y con pocas. Y liebres, ni por casualidad.
-Pues el galgo de Chuchi ha corrido una hasta subirla a Los Cantos y no ha vuelto. Hace ya tres horas. No habrá dado todavía con él.
-Estará reventado de correr, esperando debajo un olivo. Tiene ya nueve años. Si no la alcanza al arranque, después mucho menos.Este pasado domingo, en el bar se hablaba sobre todo de caza. La veda se abrió el anterior, semanas más tarde de lo habitual otros años. Antaño, en muchos cotos de las dos Castillas, la media veda se abría en la Virgen de Agosto, y la veda completa en el Pilar. Ahora casi todos la retrasan por falta de caza.
-Yo he soltado un par de tiros, pero al aire. Hace tanto que no veo nada, ni liebres ni perdices, que se me estaban quedando caducados los perdigones.
A finales de primavera, perdigón se usa en el bar en la primera acepción del Diccionario: «Pollo de la perdiz». Ahora, en mitad del otoño, en la cuarta acepción: «Cada uno de los granos de plomo que forman la municiones de caza».
Turbador que la vida y la muerte de las perdices tengan el mismo nombre. Perdigón.