PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

Archiletras es posible gracias al apoyo de las siguientes empresas e instituciones

Junta castilla jcm
17 Feb 2023
Compartir
Entrevista

«No hay ningún tema que pueda o deba quedar fuera de la literatura infantil»

Begoña Piña

Entrevista a Roberto Santiago, escritor de literatura infantil

Adora a los niños, ellos le adoran a él y, muy importante y tal vez la clave, se entienden a través de un lenguaje común. Roberto Santiago, el autor de literatura infantil más leído en este país y con enorme éxito en el extranjero, traducido a decenas de idiomas —más de cuatro millones de ejemplares vendidos— y especialmente prolífico —es autor de más de 55 libros—, repasa en esta entrevista algunas claves de su trayectoria literaria. Roberto Santiago es el autor de series conocidísimas, como Los Futbolísimos (Destino), Los forasteros del tiempo (SM) o la saga de superhéroes Los Once (Destino).

En sus libros es importante el valor de la igualdad, ¿la literatura infantil y juvenil es una herramienta clave en la conquista de la igualdad?
Tienes que ser consciente de que estás transmitiendo unos valores a unas personas que se están formando. Y esos valores, sin hacerlos evidentes, sin que tengan moralejas o nada parecido, sí que tienen que estar presentes en los libros. Y en concreto el tema de la igualdad.

Los Futbolísimos salieron ya hace nueve años y entonces había quien ponía en duda que fuera un equipo de niñas y niños, que la capitana fuera una niña, y es sorprendente porque no estamos hablando de muchos años. Pero sí, para mí es uno de los temas esenciales; es uno de los temas que personalmente me preocupan y, por suerte, han pasado muchas cosas bonitas con Los Futbolísimos y se ha hablado mucho de este tema. En el musical, en los coloquios que hacíamos después, este tema salía muchísimo. Y como anécdota hay una que a mí me hace especial ilusión, la colección Los Futbolísimos se ha traducido a un montón de idiomas, se vende en muchísimos países, pero lo que más me hace ilusión es que se ha publicado en Irán, en farsi. Hemos conseguido pasar la censura y el traductor, que vive en Teherán, me cuenta lo bien que están funcionando allí los libros. En una sociedad como la iraní, que estén leyendo libros en los que niñas y niños compiten en igualdad de condiciones es… No creo que jamás vea royalties ni nada, pero ni falta que hace.

¿Qué otros valores, además de los más evidentes, como el de la amistad, le importan especialmente?
Bueno, ahora sale un nuevo libro de Los Futbolísimos, que se titula El misterio del Cerro de las Águilas, donde viajan a una fundación que existe de verdad, la Fundación MAAVi, que se dedica a ayudar a los niñas y niñas que llegan de África a que se integren en nuestra sociedad. Yo conocí esta fundación y decidí contarlo en un libro. La empatía con los que son diferentes, con los que tienen más necesidades, es otro de los valores que me parecen esenciales en nuestra sociedad y está presente en el libro.

En sus libros no hay miradas condescendientes ni nada parecido, ¿tratar de tú a tú al lector juvenil es importante?
Me parece esencial. Durante años, y creo que por suerte cada vez menos, se confundía la literatura infantil con una mirada más ñoña o más condescendiente. Eso, afortunadamente, está desapareciendo, aún queda, pero mucho menos. Yo estoy todo el tiempo en contacto con los niños, hablo con ellos de tú a tú. Los niños son seres inteligentes, están en formación y les interesan los mismos temas que a nosotros, les interesa el amor, les interesa la muerte… Se lo puedes contar de otra forma, pero de tú a tú, y eso para mí es clave. Sí creo que la literatura infantil cada vez es más así.

¿Piensa en la edad de los lectores? ¿Es igual escribir para un niño de catorce que para uno de once?
No, no es igual. Para mí hay dos edades. Yo me dirijo a la edad en la que son niños. Hay un paso que depende de cada persona, el de la niñez a la adolescencia, en el que, de repente, tus intereses como persona cambian completamente. Mis libros están enfocados y escritos para los niños, desde que empiezan a leer. Para mi sorpresa muchos padres me dicen que leen los libros con sus hijos porque ellos todavía no leen muy bien. Y hasta los doce o trece, donde uno vive esa revolución de hormonas y cambia, se convierte en un adolescente. Lógicamente, estos lectores van a otro lugar.

¿La historia que cuente vale tanto para un niño de cinco que para uno de diez?
Lo que hay son distintos niveles de lectura. Los más pequeños se quedan con la pura peripecia de la aventura. Hay otros a los que les interesa el misterio, esos son un poquito más mayores. Y los más mayores de los que leen mis libros con lo que más se quedan es con las relaciones personales… Tus conflictos con tus padres, esta niña o niño me gusta… Todo eso es el nivel de lectura que los mayores disfrutan más. Esto lo sé ahora, después de años de ver cómo leen. Me he dado cuenta con el tiempo de que estos niveles de lectura permiten que entren niños de todas las edades.

¿Qué barreras no se pueden cruzar cuando se escribe para niños o jóvenes?
Para mí, moralmente, mientras trates con respeto el tema, no hay ninguno, pero absolutamente ninguno que pueda o deba quedar fuera de la literatura infantil. Ninguno. Siendo jurado de algunos premios, hace dos años tuve la oportunidad de participar en un debate sobre un libro que hablaba sobre la muerte, en el que se hizo referencia a esto. Creo que no hay ninguna barrera temática, lo que hay es que fijarse en las formas y en el respeto al hablar de los temas. Y, sobre todo también en el humor, no reírte de los personajes, sino reírte de ti mismo. Esto es algo que puede resultar difuso dónde está la línea, pero para mí es muy importante.

Supongo que la barrera está en el lenguaje, ¿cuánto hay que seleccionar el lenguaje en esta literatura?
Evidentemente, en el lenguaje… Llegar al tipo de forma más sencilla, más directa, es lo que me resulta más complicado. Hay que tener claro que los lectores no han leído tanto como los adultos y en la forma en que tú escribes tienes que tenerlo presente. Mi estilo no ha sido deliberado, ha ido ocurriendo, y lo que intento es que sea muy directo. Tiene que ver con hablarles de tú a tú, porque para mí la forma y el contenido están íntimamente relacionados. Un estilo muy directo y claro, donde aparece el subtexto entre líneas, pero con un lenguaje muy visual… La propia escritura me ha llevado a ello.

¿Es importante intentar una identificación de personajes y lectores a esta edad?
Lo que hago con los personajes, que para mí es la base de toda la novela, mucho más que la trama, que toda la historia, es que cada personaje a mí me mueva algo, que me interese por algún lado. Por ejemplo, en Los Futbolísimos, además de los protagonistas, me viene a la cabeza un personaje, un crío en el que vuelco esas angustias y miedos infantiles que yo tenía, que era incapaz de dormir con la luz apagada y pedía a mi madre que dejara la luz del pasillo encendida. He tenido la suerte de que luego los lectores se identifican con los personajes, así me lo dicen, pero nacen de mí, de mis miedos, temores, de mis necesidades… desde ahí construyo siempre a los
personajes.

Imagino que también tendrá que ver que usted conoce cada vez mejor a los niños, ¿no?
Eso es fundamental, escribir literatura, en general, e infantil, en concreto, encerrado en una torre no tendría sentido para mí. Estoy en contacto con los niños todo el tiempo y les pregunto y ellos me proponen ideas. Y a través de cómo se expresan… de ahí saco… Es oro puro, material de primerísima.

El fútbol, el deporte en general, ¿es un buen vehículo para contar historias, para alentar el trabajo en equipo?
Sí lo creo porque, de nuevo, apelo al niño que fui. Me encantaba leer, me encantaba el fútbol. Entonces no había libros de fútbol, ahora hay muchos, y yo escribo para ese niño. El fútbol de Los Futbolísimos y de la colección de Los once jamás habla de ese fútbol de los fichajes millonarios, que no me interesa lo más mínimo y que, evidentemente, no transmite ningún valor positivo. En mis libros hablo mucho del exceso de competitividad, de cómo ese exceso viene alentado el 99,9 % de las veces por los adultos, de cómo eso es un error garrafal. Yo escribo de ese fútbol que voy a ver cuando juegan mis sobrinos, es el que les enseña a trabajar en equipo y tiene un montón de valores a nivel de vida y también a nivel narrativo. Tiene la capacidad, si lo cuentas bien, de transmitir emociones.

¿En una sociedad cada vez más individualista, justamente, es más necesario que nunca aprender a trabajar en equipo?
Absolutamente. Cuando hablo con los chavales, les digo que cuando consigues algo a nivel individual es maravilloso, pero cuando consigues crecer en equipo, logras ayudar y ser ayudado por los demás; eso te hace como persona, te hace crecer 10 000 veces más. Y en mis libros, el fútbol es una herramienta preciosa para ello. Es un deporte muy implantado en la sociedad y se le puede sacar un partido muy positivo.

Volviendo al componente de misterio en sus historias, ¿cuál es su importancia real?
Si tuviéramos que resumir Los Futbolísimos en tres palabras, diría: fútbol, misterio y pandilla. El misterio es la base de todo, lo que a nivel formal hace que la historia avance, lo que hace como lector que quieras pasar a la siguiente página, al siguiente capítulo. Yo soy devorador de libros desde pequeño, leía Los Cinco, de Enyd Blyton, que eran niños que resolvían misterios, y si no hubiera leído aquellos libros, no escribiría como lo hago ahora. El misterio me apasiona como lector y lo vuelco en mis libros como escritor. Muchos me dicen que no les gusta el fútbol, pero que con el misterio se engancharon al libro.

Más de 4 millones de ejemplares vendidos y 55 títulos publicados; ya habrá reflexionado sobre por qué tienen tanto éxito sus libros. ¿Cuál es la razón?
Claro que lo he pensado, le he dado mil vueltas e intento entenderlo. ¿Por qué una cosa funciona y otra no? De verdad, la llave del éxito no la tiene nadie. Yo escribo sobre lo que me apasiona. Hace poco me propusieron escribir una colección para niños sobre cocina, que ahora está muy de moda, y dije que llamaran a otro. No sé nada de cocina, no puedo escribir de algo que no me apasione. Creo que ese es el secreto del éxito, escribir de algo que te apasione, que te mueva, que te salga del corazón…

¿Y no habrá nada de mantener cierto espíritu infantil?
Eso también. En eso he pensado mucho, porque los niños han cambiado desde que yo era niño, pero en las emociones… yo me sigo sintiendo un niño y creo que eso tiene ciertos inconvenientes de madurez en la vida personal, pero para escribir libros para niños es una ventaja.

La nueva entrega de Los Futbolísimos, El misterio del Cerro de las Águilas, la número 21, habla de refugiados y migrantes. ¿Es interesante poner un poco en la actualidad a los lectores infantiles?
Sí. En la actualidad entendida como tema que nos ocupa, fundamental en la sociedad en la que vivimos, no entendida como acontecimientos puntuales. Eso es muy interesante y espolea a los lectores y les hace preguntarse por muchas cosas importantes. En todos mis libros siempre planteo un dilema moral, si está pegado a un tema de actualidad, como la cantidad de personas que llegan a España desde África buscando una nueva oportunidad en la vida, mejor. ¿Qué hacemos frente a eso?, ¿cuál es nuestra postura en la vida? son preguntas muy interesantes para que se hagan los lectores.

Y en el nuevo, de la colección de Los Once, el centrocampista que viajaba en el tiempo, ¿cuál es el tema que domina?
Los niños al cumplir once años adquieren superpoderes. Esta es la historia de un niño chino que su superpoder es viajar en el tiempo. La trama empieza en un pueblecito de Cuenca, donde abren una nueva central nuclear y hay un accidente nuclear. Para afrontarlo y salvar al pueblo van a tener que viajar en el tiempo los once.

¿Cuánto tiene que escribir cada día para producir de esta manera?
Escribo mucho, tengo un problema. Me gusta tanto lo que hago que le dedico todo el tiempo de mi vida. Stephen King, que es uno de mis escritores de cabecera, dice que como mínimo te tienes que acostar habiendo escrito seis páginas útiles. Yo he hecho mi media, y estoy en ocho o nueve diarias, si no no me acuesto tranquilo.

Esta entrevista es parte del dossier de Literatura Infantil y Juvenil publicado en el número 16 de Archiletras / Revista de Lengua y Letras.
Si desea suscribirse o adquirir números sueltos de la revista, puede hacerlo aquí https://suscripciones. archiletras.com/Dossier de Literatura Infantil y Juvenil