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28 Sep 2020
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

Peritos en realidad virtual

Durante la cuarentena y, de hecho, hasta la semana pasada, se me habían suspendido todas las vistas orales a las que debía acudir para exponer mis dictámenes.

Pero la semana pasada me llegaron las primeras citaciones de este nuevo «orden mundial». Eran dos citaciones de tribunales de Madrid en las que se requería próximamente de mi presencia para presentar periciales que realicé hace tiempo: una, hace aproximadamente 3 años y la otra, un año y medio. No sé si finalmente podré hacerlo de forma presencial dada la situación, así que ya empiezo a prepararme para realizar estas ratificaciones ante los tribunales en formato virtual. 

Ya he tenido alguna que otra experiencia parecida, por lo que en esta entrada quería comentar algunos de los aspectos que tengo en cuenta para realizar un juicio telemático. En primer lugar, el sitio desde el que me conecte al juicio. Debe ser una habitación tranquila, en la que pueda estar sola, no se escuchen ruidos de fondo y disponga de una buena conexión. En segundo lugar, intento evitar adornos que llamen la atención. Ni en mi forma de vestir, ni en la decoración del espacio, ni en los dispositivos tecnológicos que vaya a usar (por ejemplo, elijo el micrófono que va incorporado en los auriculares en vez del que usamos en las «tardes de karaoke», que quieras o no es un poco menos discreto). En intervenciones así, el centro de atención debes ser tú y por eso hay que evitar que los ojos de los letrados o del juez se desvíen a otras cosas. Por eso utilizo un fondo blanco, intento que haya una iluminación correcta y me visto formal, muchas veces con un traje oscuro. 

Otras cuestiones importantes son el lenguaje verbal y el no verbal. En este caso, creo que no hay muchos cambios en mi lenguaje verbal respecto al que utilizo en juicios presenciales. Lo más importante, para mí, es utilizar un lenguaje claro, con los tecnicismos imprescindibles, que sea conciso y convincente. El lenguaje no verbal sí que sufre cambios importantes. En las vistas orales «virtuales» me muestro más estática, tengo cuidado de no mover mucho la silla de la oficina (que tiene ruedas) e intento limitar mis gestos, es decir, controlar la expansión de los movimientos que hago, «hacerlos más pequeños» y únicamente en momentos clave. Tengo que decirte que las primeras veces me costó mucho más que ahora. Es una de las tantas cosas para las que la práctica es esencial. Por si te encuentras en una situación parecida, también te aconsejo tener los textos que debas consultar en papel y no confiar en su formato digital para evitar imprevistos tecnológicos. Y te sugiero hablarle al puntito de la cámara y no al ordenador (que es algo que hacemos casi todos) para establecer más contacto visual con el juez. Pequeños detalles marcan grandes diferencias.

Puede que te parezcan consejos fútiles, cosas de sentido común… Bueno, pues siento informarte de que, si a algún abogado o compañero perito extravagante (que también los hay) se le ocurriera presentarse ante el tribunal desde la comodidad de su jardín o con el torso descubierto o incluso mientras conduce…, por desgracia no sería el primero en hacer ninguna de estas cosas. «¿En serio?» Pues sí, en serio te lo digo.