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04 Oct 2021
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Detrás de cada palabra hay un rastro lingüístico que puede delatarte

Sheila Queralt

Perito en lingüística forense. Con mis análisis científicos de la lengua contribuyo a cazar delincuentes.

El ‘groomer’ adapta el lenguaje a la edad de la víctima

Las redes sociales ofrecen al delincuente una sensación de anonimato, pero solo es eso, una sensación, ya que el delincuente siempre deja un rastro digital y también un rastro lingüístico.

Y en hallar este último consiste la labor del lingüista forense. Una de las tipologías de casos desafortunadamente más habituales es la del grooming, un delito en el que un adulto contacta con un menor para ganarse su confianza y conseguir algún tipo de actividad sexual (conversaciones, material audiovisual o incluso un encuentro). 

Un estudio reciente de Save the Children alerta de que el delincuente no únicamente se enmascara detrás de una identidad falsa sino que también adapta su lenguaje a la edad de la víctima. Una de las posibles intervenciones del lingüista forense consiste en analizar el lenguaje del delincuente para determinar si se corresponde con la edad declarada o si, por el contrario, se trata de un dato falso y, por tanto, de una estratagema del delincuente para acercarse al menor. En este último caso, el análisis del lenguaje arrojará otras pistas que pueden ser de gran ayuda en la investigación para poder trazar el perfil del agresor y favorecer su identificación. Por ejemplo, se pueden detectar marcas lingüísticas del delincuente (por ejemplo, palabras o expresiones frecuentes) y que puedan ayudar a detectar otros perfiles del agresor o, por ejemplo, marcas lingüísticas que aporten pistas sobre su lengua nativa o su profesión. 

Ante el aumento de este tipo de casos, son varias las iniciativas que se han desarrollado para intentar combatirlos. Justamente este mes de septiembre, la Agencia Española de Protección de Datos ha lanzado ‘Canal Prioritario’, un enlace por el que rápidamente y de forma gratuita se puede denunciar la publicación ilegítima de contenidos sexuales o violentos. Solo hay que copiar y pegar la dirección web o identificar el usuario que está difundiendo el contenido. Si conoces algún caso, no lo dudes: denúncialo.