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27 Sep 2020
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Los mejores en castellano, seleccionados, comentados y recitados por el editor y director de Archiletras.

Arsenio Escolar

Periodista, filólogo, escritor y editor. Fundé Archiletras en 2018 tras darle vueltas al proyecto durante 35 años.

Vida, de José Hierro.

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

Atentos al título que le pone al poeta a su poema, Vida, y atentos al contenido. A esa insistente ida sin vuelta del todo a la nada, a esa ceniza de la nada, a ese «después de tanto todo para nada».

Este poema, un soneto formalmente perfecto con sus catorce endecasílabos y solo dos rimas (nada, todo), es uno de los más emblemáticos de José Hierro (1922-2002), uno de los poetas de la llamada poesía desarraiga de la primera generación de la postguerra española. Así llamada por ser los opuestos a los de la poesía arraigada, la protegida por el régimen franquista tras la Guerra Civil. En esta, en la poesía arraigada, estaban Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero… En la poesía desarraigada, además de Hierro, Dámaso Alonso, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Victoriano Crémer, Carlos Bousoño… Muchos de estos y de aquellos pasarán por este blog.

Hierro, madrileño de nacimiento y santanderino desde muy niño, pasó cinco años en las cárceles franquistas, acusado de pertenecer a una organización que apoyaba a los presos políticos. Uno de ellos era su propio padre. Se abrió camino después como crítico de arte, periodista… y poeta reconocido y galardonado. Ganó el Premio Adonais, el Nacional de Poesía, el de la Crítica (tres veces), el Príncipe de Asturias (1981) el Cervantes (1998).

Los versos de hoy pertenecen a Cuaderno en Nueva York, considerada su obra maestra. Muy tardía, de finales de los años noventa y de su vida. El poeta que había comenzado en la poesía social era ya, sin dejar de serlo, un poeta existencial.

Yo siento este Vida así: