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02 Mar 2024
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Arsenio Escolar

Periodista, filólogo, escritor y editor. Fundé Archiletras en 2018 tras darle vueltas al proyecto durante 35 años.

Luis de Lión, el poeta que no sabía volver gimnastas a los versos

Educador, narrador, poeta, activista… Desaparecido. Secuestrado por un batallón militar. Cuando pasó, tenía 44 años. «Aquel a quien los dioses aman muere joven», decía el griego Menandro. Al guatemalteco Luis de Lión probablemente los dioses lo amaban y el poder lo odiaba. Llegó lejos como literato, pero probablemente hubiera llegado aún mucho más lejos si la represión en su país no hubiera acabado con él tan joven, tan temprano.

Soy Arsenio Escolar y esto es Poemas sentidos.

Se llamaba en realidad José Luis de León Díaz, y retocó ligeramente su nombre literario quizás para evitar que se le confundiera con el inconmensurable maestro de cuatro siglos antes fray Luis de León.

Pertenecía a una etnia originaria del sur de México, del estado de Chiapas, y de las tierras altas del occidente de Guatemala, la etnia llamada cachiquel. Los cachiqueles hablan cachiquel, una lengua maya o mayense que en la actualidad usan unas 400.000 personas. 

Se formó como maestro de educación primaria, se desempeñó como tal en varios destinos y acabó ganando una cátedra de literatura en la Universidad de San Carlos de Guatemala, la mayor del país, la cuarta más antigua de las colonias americanas. Se fundó en tiempos de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias.

Como docente, Luis de Lión promovió el acceso general de la población a la educación. Y lo hizo fundando él mismo una pequeña biblioteca en su pueblo de origen, San Juan del Obispo, en la que alfabetizó a sus vecinos.

Vamos a hacer un alto en su biografía y vamos a empezar a conocer su obra poética, Mira este poema. Se titula La lluvia. Dice así:

Así me gusta tu pelo,
tendido y húmedo
como una lluvia.

Ah,
qué infinidad de delgados ríos
se derraman sobre tu espalda,
qué inagotable fuente,
qué cielo el que se deshila.

Si tu pelo no fuera negro,
si fuera transparente
como esta gota,
diría que el día de hoy
principió el invierno
y correría descalzo
hasta empaparme
y vigilaría el momento
en que estallara la primera flor
e insurgiera la primera hierba.

Si tu pelo no fuera negro,
sería la primera cabellera
de este invierno.

No era solo poeta. También narrador. Su novela El tiempo principia en Xibalbá es una de las más relevantes de su época, y no sólo de Guatemala. La escribió cuando era treintañero, fue premiada en un certamen literario, pero no se publicó hasta después de muerte.

Su muerte… Entre 1960 y 1996, unas 45.000 personas desaparecieron en Guatemala, en su inmensa mayoría por obra del Ejército, la Policía y otras instituciones del Estado. La disculpa inicial fue la represión de la guerrilla revolucionaria, pero con el tiempo los desaparecidos no eran solo guerrilleros. También disidentes, políticos, sindicalistas, líderes estudiantiles, intelectuales, maestros… 

Luis de Lión militaba en el Partido Guatemalteco del Trabajo, de inspiración comunista.  

El 15 de mayo de 1984, un grupo de hombres armados vestidos de civil interceptó al poeta cuando se dirigía a su trabajo, en el centro histórico de Ciudad de Guatemala, y lo metió a la fuerza en un coche sin matrícula. No se supo nada de él hasta muchos años después…

Volvemos a su obra poética. Mira este bello poema, titulado Acerca de la ternura. Dice asi:

Si no hubiera conocido tu piel,
si tus ángeles y sus pájaros
—morenos, desde luego—
no hubieran sido acariciados por mí,
si no hubiera tocado la ternura
de sus cantos y sus arpas
y la seda de sus plumas,
seguramente,
mi mano,
esta mano
tendría la dureza
de una piedra.

Como en el poema anterior, en el titulado La lluvia, versos blancos, sin rima, de distinta medida cada verso, sin estrofa tradicional. Así es su lírica, recogida en un poemario titulado Poemas del Volcán de Agua. El volcán de Agua del título está muy cerca de su aldea natal, de San Juan del Obispo.

Tuvieron que pasar quince años desde el secuestro de Luis de Lión para que se supiera qué había sido de él. En 1999, una archivista estadounidense llamada Kate Doyle hizo público un documento que había hallado en dependencias oficiales. Se lo llamó al documento Diario Militar, y en él figuraban 183 personas que habían sido secuestradas en Guatemala entre 1983 y 1985, con la fecha, la hora y el lugar de la captura de cada una de ellas, y una foto. Una de esas 183 personas, la número 135, era Luis de Lión. Así se supo que había sido asesinado el seis de junio, pocos días después de su captura.

Unos años más tarde, en 2005, el gobierno guatemalteco presidido por Óscar Berger reconoció la responsabilidad del Estado en la desaparición y asesinato de Luis de Lión. No sólo lo reconoció. Además le rindió un homenaje en la casa museo del poeta, en su aldea de San Juan del Obispo.

Vamos a terminar este episodio con un poema de Luis de Lión que, además de muy bello, es toda una poética del autor, una reivindicación de sus versos libres y una confesión: «yo no puedo / escribir / a la manera clásica», como él mismo dice. Se titula El Poema y el Poeta y dice así:

Tú me pides
un poema
y yo te digo:
amor,
si tú lo eres.
Cada parte tuya
es una estrofa
y todo el conjunto,
poesía.

Para escribirte
habría que volver
a la poesía clásica,
habría que volver
gimnastas a los versos.
Escribirte
en verso libre
no es correcto
y yo no puedo
escribir
a la manera clásica.

Mejor déjame
entonces plagiarte
con mis besos,
déjame sentir
toda la resonancia
de la estrofa,
pues de todos modos,
amor,
si tú eres el poema,
yo soy el poeta.