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20 Sep 2020
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Los mejores en castellano, seleccionados, comentados y recitados por el editor y director de Archiletras.

Arsenio Escolar

Periodista, filólogo, escritor y editor. Fundé Archiletras en 2018 tras darle vueltas al proyecto durante 35 años.

La lluvia no dice nada, de Pedro Miguel Obligado

Mientras muere el día,
llueve.
Es un agonía
breve.
La ciudad se queda abrumada
con la tristeza de la hora.
La lluvia no dice nada,
y llora.

Ciérranse puertas y vidrieras,
huye la gente
como de un mal, por las aceras;
y un hombre mira, indiferente.

La lluvia parece cansada
cual un rosal que se desflora;
no dice nada, nada, nada
y llora…

Viene mandada por el río,
soltando besos de frescura,
deshace en gotas el envío,
para que alcance su ternura.
Pero al sentirse rechazada,
se vuelve un poco más sonora:
Va a hablar… y, al fin, no dice nada,
y llora…

La lluvia tiene algo de loca:
gime un recuerdo de canción;
todo la irrita, en todo choca
su vagorosa obstinación.
Ve la ciudad atormentada,
y la campiña verde añora;
no dice nada,
y llora…

¿Mira en el pueblo tanta pena,
que no hace más que lagrimear?
¿O forma un lienzo de tan buena,
porque nos quiere consolar?
¿Es que se sabe desdeñada,
y que su inútil fin deplora?
No dice nada, nada, nada,
y llora…

Sobre el muerto día,
llueve
una melodía
leve.
La ciudad se queda encantada
bajo una luz que se evapora…
La lluvia no dice nada,
y llora…

Pedro Miguel Obligado (1892-1967) es un interesantísimo poeta argentino poco conocido fuera de su país pese a su abundante obra y sus muchos méritos. Romántico tardío, la melancolía y la tristeza por la fugacidad de las cosas empapan la mayoría de sus versos. “Es otoño. Estoy solo. Pienso en ti. Caen las hojas… / Vaga la melancolía de una pena que ignoro” comienza otro de sus poemas. “Esta pena mía / no tiene importancia. / Solo es la tristeza de una melodía, / y el íntimo ensueño de alguna fragancia”, arranca otro.

“Podríamos definir la poesía de Pedro Miguel Obligado -escribe Leopoldo Lugones- con esta expresión titular: Historia de una melancolía”. Y concluye, sobre este tipo de poetas: “no serán los más celebres quizás, pero son de los más queridos”.

Psicólogo, abogado, profesor universitario, ensayista, conferenciante, traductor, guionista de cine muy activo (desde los años treinta a los sesenta del pasado siglo), Obligado es un moderno humanista. Sus poemas han envejecido bien. Este de hoy, tan sugerente, tan evocador, tan bien rimado sin que la rima apenas se note como una lejana música, lo leí de niño en la escuela, en algún libro de texto, y se me quedaron para siempre grabados en la memoria algunos de sus versos y sobre todo esa especie de estribillo («la lluvia no dice nada / y llora…») que lo recorre entero. Desde entonces, muchas tardes de lluvia de mi vida me viene a la cabeza como un acto reflejo. Quizás te pase igual a ti en el futuro, lector.

Siento y digo este poema así: