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17 Oct 2021
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Los mejores en castellano, seleccionados, comentados y recitados por el editor y director de Archiletras.

Arsenio Escolar

Periodista, filólogo, escritor y editor. Fundé Archiletras en 2018 tras darle vueltas al proyecto durante 35 años.

Historia póstuma, de María Eugenia Vaz Ferreira

Todo me lo diste, todo:
el ritmo azul de las cunas
en cuentos maravillosos
glosados de suaves músicas…

Las palabras melodiosas
divinas como el silencio,
las rosas de nieve y oro
perfumadas de secretos…

Las albas anunciadoras
de los venturosos días
henchidos de primaveras
refulgentes de sonrisas…

Las pálidas nebulosas
de los cielos taciturnos,
la soledad, el olvido
y la paz de los sepulcros.

Ya han desfilado por este blog varios grandes poetas uruguayos: Idea Vilariño, Mario Benedetti, Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou… Hoy os traigo a la montevideana María Eugenia Vaz Ferreira (1875-1924), también grande por derecho propio. Grande no sólo en su país, sino en todo el universo hispanohablante. La chilena Gabriela Mistral, la primera mujer iberoamericana en recibir un premio Nobel, habló de ella como «la maestra de todas nosotras».

Vaz Ferreira se formó en otras artes: en la música (fue pianista de cierta fama y compositora), en la pintura, en los idiomas (aprendió francés, inglés y alemán. Pero no en la literatura. Como escritora -poeta y dramaturga- es un talento natural, autodidacta. Comenzó en el romanticismo tardío, navegó el simbolismo, acabó en el modernismo. Ejerció un tiempo como profesora. De atormentada existencia, padeció fobias y frecuentes crisis nerviosas. Una de ellas la llevó a renunciar a la cátedra de Literatura que había conseguido en la Universidad de Mujeres.

La soledad, la desolación, la tristeza, la melancolía que marcaron su vida recorren también su obra. En sus últimos años, vagaba por las calles de Montevideo sin rumbo cierto. Murió a los 48 años, en un centro de salud mental donde había sido ingresada. La gran mayoría de sus poemas se publicó tras su muerte, recopiladas por su hermano el filósofo Carlos Vaz Ferreira en el libro La isla de los cánticos. A este volumen pertenece estas cuatro cuartetas con rima sonante en los versos pares, esta sencilla e intensa lírica de Historia póstuma, que yo siento y digo así: