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13 May 2023
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Los mejores en castellano, seleccionados, comentados y recitados por el editor y director de Archiletras.

Arsenio Escolar

Periodista, filólogo, escritor y editor. Fundé Archiletras en 2018 tras darle vueltas al proyecto durante 35 años.

Nicanor Parra: matemático, físico, poeta, antipoeta

“Durante medio siglo / la poesía fue / el paraíso del tonto solemne. / Hasta que vine yo / y me instalé con mi montaña rusa. / Suban, si les parece. / Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices”. Ese poema, titulado La montaña rusa, lo escribió hace más de 60 años un autor rompedor; disruptivo, que diríamos ahora. Con su libro Poemas y antipoemas abrió un antes y un después en la historia de la poesía. Hoy hablamos de Nicanor Parra.

Nicanor Parra. Palabras mayores. Muchos críticos literarios incluyen a este chileno único en el listado corto de los grandes poetas de todos los tiempos en cualquier idioma. Lo has oído bien. Uno de los grandes verdaderamente grandes. Uno de los principales renovadores del lenguaje poético y de la poesía como género, y no solo en castellano. Su obra ha sido traducida a multitud de idiomas: al inglés o al francés, por supuesto; pero también al finlandés, al checo, o al ruso. Su innovación, su disrupción, fue la antipoesía. 

Nicanor era el hermano mayor de los Parra, una familia de artistas chilenos que destacaron no sólo en la literatura, sino también y sobre todo en la música. Os sonará su hermana Violeta, la compositora y cantante Violeta Parra, una de las principales folcloristas de América del Sur. 

Nicanor Parra fue un humanista, un referente tanto de ciencias como de letras. Matemático y físico de renombre, profesor de esas materias, y al mismo tiempo poeta excelente y pensador muy influyente en la literatura hispanoamericana de su tiempo, e incluso en otros ámbitos lingüísticos. Y no fue corto su tiempo. Vivió mucho. Murió cuando ya había cumplido 103 años, hace apenas cinco, en 2018. 

Y murió en plena forma intelectual y cívica. Ahí van tres pinceladas: 

Una. En el verano de 2010, con 96 años, se sumó a una huelga de hambre en solidaridad con presos políticos mapuches, el pueblo indígena más numeroso de Chile. 

En 2012, cuando estaba cerca de cumplir 98 años, fue galardonado con el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, y reaccionó así, entre risas irónicas: “No es la primera vez que me dan un premio que no merezco y espero que no sea la última. Me querellaré contra quienes resulten responsables”. 

Y tres. En 2015, ya cumplidos los cien años, publicó un libro nuevo: Antiprosa. Otra vez el prefijo anti-, ahora os cuento.

El concepto de la antipoesía lo lanza Parra en uno de sus primeros poemarios, el segundo, Poemas y antipoemas, que publica en 1954.

¿Y qué es la antipoesía? Según los expertos, una poesía rupturista, una nueva forma de hacer poesía más directa, coloquial y en el lenguaje de la calle. Una poesía que se opone a la imperante en su época, a mediados del siglo xx. 

El propio Parra habla de la antipoesía en sus versos, de lo que es y de lo que no es. Habla de la antipoesía en muchos textos, como en ese de La montaña rusa con que hemos abierto nuestro episodio de hoy, pero especialmente lo hace en dos poemas. Uno de ellos, que lleva el significativo título de Manifiesto, empieza así: 

Señoras y señores
Ésta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Éste es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
(…)

El poema sigue, es muy largo, y tan antipoético en el resto como en estos versos que os he reproducido.

En el segundo poema que diríamos definitorio de la antipoesía, Parra se hace preguntas. Se titula Test. Y lo es. Os leo algunos versos:

Qué es un antipoeta:
Un comerciante en urnas y ataúdes?
Un sacerdote que no cree en nada?
Un general que duda de sí mismo?
Un vagabundo que se ríe de todo
hasta de la vejez y de la muerte?
Un interlocutor de mal carácter?
Un bailarín al borde del abismo?
Un narciso que ama a todo el mundo?
Un bromista sangriento
deliberadamente miserable
un poeta que duerme en una silla?
Un alquimista de los tiempos modernos?
Un revolucionario de bolsillo?
Un pequeño burgués?
Un charlatán?
Un dios?
Un inocente?
Un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.
(…)

Tampoco Test acaba ahí, las preguntas continúan.

Me gusta mucho Nicanor Parra. Me conmueve, me sacude. Tiene docenas de poemas antológicos, magistrales. 

Me gusta Hay un día feliz , que empieza así:

A recorrer me dediqué esta tarde
las solitarias calles de mi aldea
acompañado por el buen crepúsculo
que es el único amigo que me queda.
(…)

Me gusta Es olvido, que comienza de este evocador modo:

Juro que no recuerdo ni su nombre,
mas moriré llamándola María,
no por simple capricho de poeta:
por su aspecto de plaza de provincia
(…)

Me gusta mucho este otro, Cronos. que arranca diciendo:

En Santiago de Chile
los días
son
interminablemente
largos:
Varias eternidades en un día.
(…)

Y me gusta lo indecible, lo incontable, el poema titulado Último brindis. Se publicó por primera vez en Canciones rusas, un libro de Parra de 1967. Me recuerda de algún modo a uno de Rubén Darío que se titula Lo fatal, ya os lo comentaré algún día.

Último brindis os lo voy a leer entero. Es corto e intenso. Sobre el paso del tiempo se ha escrito mucho, en verso y en prosa, pero pocas veces como lo hace Nicanor Parra en su Último brindis. Te va a dejar tocado, te lo advierto. Dice así: 

Lo queramos o no
solo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece solo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos,
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó…,
como la juventud.

En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca,
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.