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29 Oct 2019
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Emma Manuela

Cuando sonó el despertador, emma manuela esperó dos minutos antes de levantarse, mientras se hacía el café, emma manuela apartaba con una mano los visillos, y alargaba el cuerpo sobre el fregadero para ver bien allá arriba, contaba las estrellas, una, dos, enma manuela buscaba y buscaba de un lado a otro, una, dos, no hay más, fue al salón, quizá desde allí se vieran más estrellas, una, dos, tres, cuatro, cuatro y cinco, volvió a la cocina, abrió la caja de galletas de nata y se sentó a tomar el café, quedaban tres galletas, las últimas, estaba calculado, en el frigorífico no quedaba nada, repasó los cigarrillos que había en la cajetilla de tabaco, quince, quedaban quince cigarrillos, los quince que le daría tiempo a fumar, encendió el primero y salió a la galería, el frescor de la noche le hizo entrar a coger una rebeca, tendría que hacer la cama, tenía tantas cosas que hacer todavía, pero tenía tiempo, podía fumar a gusto recostada en la chaiselonge, dejó el móvil encima del velador, las estrellas seguían ahí, una, dos, tres, cuatro, cinco, ni una más, ni una menos, cinco estrellas, un tren, uno de los correos de la noche, las noches se interrumpían con el paso de los trenes, no le costó acostumbrarse, al principio el ruido la despertaba varias veces, apenas se quedaba dormida, de nuevo el estruendo, otra vuelta en la cama, las vueltas que daba en la cama a lo largo de la noche, pero eso fue en el primer invierno que pasó en esta casa, en el verano ya dormía con las ventanas abiertas, cuadraditos encendidos, cuadraditos apagados, unos que duermen, otros que leen, el correo pasa, chucu chucu chu, tac tac, tac tac, piii, piii, qué bueno estaba con eduardo josé, pii, pii, jajajá qué bueno está eduardo josé, pii, pii, corre que viene, chac chac, chac chac, chaca chaca, chaca chaca, tac tac tac tac, tac tac tac tac piiii, piiii, orgasmos de los grandes, de los buenos, qué bueno es eduardo josé, él tenía que ser el último, todo había que completarlo, qué mejor forma que con unos buenos polvos, y qué mejor que con eduardo josé, mujer, déjame quedar por la noche, que es cuando pasan los correos, hoy no, eduardo josé, hoy sólo por la tarde, también pasan mercancías, ya sabes, esos son más lentos, más largos, cha chac, chac chac, anda vete, que mañana tengo muchas cosas que hacer, lavar las sábanas en cuanto se fuera eduardo josé, había tiempo de que se secaran por la noche, que no quede ningún rastro, ha estado con alguien, la investigación, prueba de adn, interrogatorios, no, eduardo josé se fue antes de cenar, piii, piii, otro correo que se acerca, cuadraditos encendidos, cuadraditos apagados, viajeros que duermen en los compartimentos, viajeros que leen en los compartimentos, viajeros con el portátil sobre las piernas preparando la jornada de trabajo, alguien con la cabeza recostada en el hombro de su pareja, los compartimentos del tren, la habitación como un compartimento de tren, el apartamento como un compartimento de tren, la próxima vez traemos para preparar un mojito, trenes de lujo, un cóctel en clase vip, a juan federico le gustaba preparar cócteles, gintonics, caipirinhas, le gustaba preparar un cóctel para preparar a emma manuela tomando un cóctel en el sofá, un cigarrillo, el humo del tabaco en el salón, el olor a tabaco en la galería, emma manuela enciende otro cigarrillo, aún no ha empezado a clarear, llega el primer autobús, abajo, dos pisos más abajo, en la parada de la acera de enfrente se ha detenido el primer autobús de la mañana, el primer autobús del día, el autobús que va recogiendo gente a lo largo de la avenida, de la larga avenida que corre paralela a las vías, el tren que deja gente en la estación del centro, el autobús que va dejando gente en las paradas del centro, la gente que se cruza, la gente que cruza los semáforos, la gente que se cruza cruzando los semáforos, un cruce de saludos, miradas que se cruzan, seguro que se ha vuelto a mirarte, una mirada que se posa donde ya sabes, el desayuno en una cafetería del centro, la prensa, las noticias del día, la noticia del día, la noticia que dará para varios días, entrada en la oficina, qué tal anoche, encendido del ordenador, esperar a que se abra el programa en el ordenador, emma manuela tendría que bajar en una hora a coger el autobús para ir a la oficina, en una hora tendría que estar en la parada de abajo esperando el autobús, tendrás que arreglarte, hay tiempo, ahora sí, ahora empieza a clarear, arriba ya no se ven las estrellas, ni una, ni dos, ni ninguna, no hay estrellas, emma manuela se levanta de la chaiselonge y va a la cocina, descorre el visillo con la mano, alarga el cuerpo por encima del fregadero para mirar bien hacia arriba, nada, no hay ninguna, amanece, es de día, es el día, emma manuela tiene preparado el vestido que se va a poner, emma manuela se compró un vestido, estuvo semanas dando vueltas por las tiendas del centro, rojo, un vestido rojo, rojo mejor que negro, por qué ibas a ponerte uno negro, rojo le parece más apropiado, le sienta tan bien el vestido rojo, ceñido, resaltando la belleza de todas las formas de su cuerpo, insinuando toda la belleza de su cuerpo, el escote, sí, el escote es perfecto, me lo llevo, emma manuela compró el vestido rojo, hace semanas que está colgado en el vestidor del dormitorio, y la lencería, en el cajón superior del armario emma manuela guarda la lencería, emma manuela también ha pensado en la lencería que se va a poner, también se fue a comprar lencería de su marca favorita, la última novedad, acaba de llegar, vas a estar divina, emma manuela se ha recostado de nuevo en la chaiselonge de la galería, abajo, dos pisos más abajo, empieza el día, la gente en la parada del autobús, gente que avanza por la acera de la calle, la de este lado o la del otro lado, depende en qué lado haya aparcado, los pilotos del coche se encienden, pulsar el mando y encenderse los pilotos del coche, una manera de empezar el día, el día empieza siempre antes de que empiece el día, el día no empieza en la oficina, el día empieza mucho antes, antes incluso de entrar en la ducha, con eduardo josé sí que es una buena manera de empezar el día, chucu chucu chu, tac tac, tac tac, piii, piii, el último correo, ya no hay cuadraditos encendidos ni cuadraditos apagados, las ventanillas se suceden a lo largo del tren, tac tac, tac tac, tras los cristales de las ventanillas no se ve nada, tras los cristales de las ventanillas emma manuela apenas distingue una sombra, una ventanilla abierta, alguien que se despereza, uno que se levanta, uno que se prepara para salir, todavía queda para llegar a la estación, siempre hay uno que es el primero en ponerse de pie, en coger el equipaje, todo esto se lo imagina emma manuela porque emma manuela no puede ver nada de esto a la velocidad con la que pasa el tren, tac tac, tac tac, Tin, suena el móvil, entrada de un WhatsApp, seguro que es el WhatsApp de susi, emma manuela coge el móvil, sí, WhatsApp de susi, No sé si estoy haciendo lo que quiero o me estoy dejando llevar. Estuviste anoche con félix?? Sí, estuve con félix. Te estás dejando llevar. No sé, creo que es lo que quiero, no sé qué me pasa estos últimos días, ir a su casa, a la mía, preparar algo de cena, algo de tele, un polvo, el finde un cine, cenar fuera, tomar algo y más polvos. Eso ya no te dice nada. Me gustaba, es lo que yo quería, lo que yo buscaba, es lo que busco?? Sal, conoce tíos, otra forma de estar con los tíos. Todo eso ya lo conozco, lo sabes de sobra. Déjate ver. Tú, qué tal anoche??, con eduardo josé??. no, nada de mencionar nombres, susi, que no se te escape ningún nombre, descuida. Algún ligue??, susi es genial. No, directa a casa, salí agotada del trabajo, una pasta, un poco de tele y a dormir. Estás en baja forma?? Jajá, no, te juro, tuve un día infernal, estoy llegando, me tengo que bajar. OK, hablamos. Un mojito después del trabajo y ya me cuentas?? OK. os contáis, tantas veces contado, susi con sus dudas, tantas veces ensayado, aprovechar el tema, que fuera natural, es de lo que soléis hablar, déjate ver, es la única manera de saber lo que quieres, ¿estás segura de que es lo que quieres?, completamente, quiero estar contigo, ni hablar, es cosa mía, sólo mía, yo sola, emma manuela enciende otro cigarrillo, otro bus que llega a la parada, la gente que sube, en esta parada sólo sube gente, en estas paradas no baja nadie, en las paradas en las que sube y baja la gente son las paradas del centro, en la parada en la que tú te bajas todos los días, en la parada en la que tenías que estar bajándote, en la segunda parada pasada Plaza de Castilla, en la parada de La Castellana en la que tenías que acabar de bajarte, emma manuela se levanta, va al dormitorio y abre la ventana, que se ventile bien, emma manuela va a la cocina, extiende la mesa de planchar, sale al tendedero, emma manuela plancha las sábanas que tenía en el tendedero, las sábanas en las que echó el último polvo con eduardo josé, emma manuela guarda dobladas las sábanas en el armario, emma manuela no deja las sábanas dobladas encima de las sábanas que ya hay en el armario, emma manuela levanta un juego de sábanas y coloca debajo el juego que acaba de planchar, emma manuela deja las sábanas bien colocadas y se va a la ducha, mientras se ducha deja la ventana de la habitación abierta, que esté bien ventilada, y mientras la habitación sigue ventilándose emma manuela se da una ducha, una ducha larga, con el agua bien caliente, el gel corriendo por el cuerpo, el agua con el gel recorriéndole todo el cuerpo, el cuerpo reflejado en el espejo, la belleza del cuerpo de emma manuela reflejado en el espejo, la crema hidratante tras la ducha, el cuerpo envuelto en el albornoz, llegó la hora de arreglarse, antes de arreglarse emma manuela hace la cama, la colcha bien estirada, las almohadas bien colocadas bajo la colcha, que no quede ni una arruga, cierra la ventana, emma manuela vuelve al baño, prapara el maquillaje, el colorete, la sombra de ojos, el lápiz de labios, emma manuela se va maquillando detenidamente, no hay prisa, se aparta del espejo se mira a cierta distancia, está perfecto, continúa, de la habitación llega el sonido del móvil, el móvil suena, suena, deja de sonar, habrá saltado el contestador, seguro que llaman de la oficina, ha pasado el tiempo suficiente para que en la oficina se hayan dado cuenta de que no es un retraso común, que emma manuela no ha llamado, estoy en un atasco, no, emma manuela continúa maquillándose, ya casi está, ya está, vuelve a sonar el móvil, emma manuela va a la habitación, mira el móvil, las llamadas han sido de la oficina, suena el fijo en el salón, de la oficina, seguro, emma manuela continúa arreglándose, abre el armario, el cajón de arriba, el cajón donde guarda la lencería, se pone el sujetador, las braguitas, se vuelve al espejo, emma manuela se siente sexi, más sexi que nunca, descuelga el vestido, se lo pone cuidadosamente, con cuidado de no estropearse el peinado, lo va deslizando por su cuerpo hacia abajo, siente el tacto del vestido ciñéndose a su cuerpo, se mira en el espejo, se gira, se mira de un lado, de otro, de frente, perfecto, emma manuela coge el móvil, va a la galería, deja el móvil sobre el velador, enciende un cigarrillo, esperar fumando un cigarrillo, puedes esperar, esperar dos meses, no susi, un mes más, no, susi, ahora es el momento, emma manuela se recuesta en la chaiselonge, emma manuela estaba espléndida con su vestido rojo recostada en la chaiselonge, está resplandeciente, eso es lo que pensó susi, Susana Hernández Díaz, apenas se repuso, susi, Susana Hernández Díaz, no pudo reprimir un grito cuando entró con la policía en la habitación, la imagen de emma manuela superaba todo lo que podía haberse imaginado de cómo sería ese momento, emma manuela estaba tendida en la cama, sobre la colcha de la cama, acostadade lado, de cara a la ventana, susi no pudo oír bien lo que decía uno de los policías, allá afuera pasaba un tren.

Alfonso Gómez Rey