¿Bikini o biquini?
Tardamos años en ponernos de acuerdo sobre cómo debía escribirse esa palabra: con k (bikini) o con q (biquini).
Unas veces decíamos una cosa y otras veces decíamos, para más tarde mezclar las dos y, finalmente optar solo por una de ellas… Y no estoy hablando en nos mayestático, sino que me refiero a nosotros, a los redactores de las sucesivas ediciones del Manual de estilo de la Agencia Efe, luego llamado Manual de español urgente.
Los invito a repasar conmigo ese ir y venir de recomendaciones: empezamos, en 1985, diciendo: «Escribamos siempre bikini, tanto para designar la isla del Pacífico, como cuando se trate del bañador». Después, en 1994, cambiamos de idea y dijimos: «Mantener Bikini con ‘k’ para designar la isla del Pacífico, y con ‘q’ cuando nos refiramos al bañador». Diez años más tarde, en el 2004, se cambió un poquito la redacción: «Manténgase Bikini con ‘k’ para designar la isla del Pacífico, y escríbase biquini con ‘q’ cuando nos refiramos al bañador». Para terminar, en el 2008, diciendo esto otro: «Es preferible la forma bikini para designar tanto a la isla de Pacífico como al vestido de baño. También es válida la grafía biquini».
Y es muy curioso también constatar cuánto tardó en llegar la palabra (en sus dos formas) al Diccionario académico: no entró hasta 1984. Otro gallo nos habría cantado si en aquellos años hubiera habido unas cuantas mujeres en la docta casa… Y la recogieron con k y con q, si bien la definición aparecía en biquini: «Conjunto de dos prendas femeninas de baño, constituido por un sujetador y una braguita ceñida». Mas ellos, los redactores del Diccionario, también cambiaron de idea, y en la última edición prefieren la forma bikini, pues es en ella donde dan la definición.