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06 Nov 2018
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Miscelánea de los desvíos de la norma que, por descuido o por ignorancia, cometen los periodistas. Los aciertos no están aquí pero son muchos más.

Alberto Gómez Font

Lingüista, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, ex director del Instituto Cervantes de Rabat y ex coordinador de la Fundéu.

Acceder, aunque algunos seguimos empeñados en entrar

En español culto y bienhablado acceder solo significaba dos cosas: ‘Consentir en lo que otro solicita o quiere’ y ‘Ceder uno en su parecer, conviniendo con un dictamen  o una idea de otro, o asociándose a un acuerdo’; es decir, en esos tiempos era harto difícil imaginarse a una persona —o un grupo de ellas— accediendo a una sala de cine, a no ser que antes se hubieran puesto de acuerdo con él…

Mas ocurrió que en el Diccionario de 1984 hicieron caso de ciertos usos del verbo acceder ya bastante difundidos y asentados entre algunos hispanohablantes —yo no era de esos—, y eran los que definieron como ‘Tener acceso, paso o entrada a un lugar’ («Por aquella puerta se accedía a las estancias») y ‘Tener acceso a una situación, condición o grado superiores, llegar a alcanzarlos’ («Acceder el colono a la propiedad de la finca»). Y así sigue apareciendo —sin ningún cambio— desde entonces hasta la edición del 2014 del diccionario académico.

Pero aún hay gente como yo que sigue empeñada en entrar a los sitios.