Autodefensa ¿de nosotros mismos?
La regañina contra el uso de la voz autodefensa la pusimos en 1985 en el Manual de español urgente y allí permaneció mientras yo trabajé en ese negociado de la Agencia Efe y participé en la redacción del manual, cuya última edición conmigo de coautor fue la del 2008.
También la atacamos dese las páginas del Vademécum de español urgente (I), en 1992, y no contentos con ello, la seguimos persiguiendo en otro libro, el Diccionario de español urgente, en el 2000. Y decíamos, entre otras cosas:
«La voz inglesa self-defense equivale e castellano a defensa propia; no es correcto utilizar la traducción literal autodefensa».
Auto es un prefijo muy productivo en castellano y se emplea con excesiva profusión. Conviene usarlo con prudencia para no incurrir en ridículas redundancias, la mayoría de las veces influidos por una mala traducción del prefijo inglés self-: self-apparent se traduce por evidente (no por autoaparente); self-appointed, por nombrado o citado (no autocitado); self-defense por defensa propia (no autodefensa).
»Con frecuencia encontramos en las noticias redundancias como las que siguen: “se ha autoexcluido”, en lugar de “se ha excluido”; “se ha autoelegido”, en lugar de “se ha elegido”; “Gerry Conlon, que autoconfiesa su pasado”, en lugar de “que confiesa su pasado”, ya que si es su (suyo) no puede ser de otro, al igual que elegirse, excluirse, afeitarse o suicidarse. Si uno se suicida no puede ser más que a sí mismo».
No nos hacía, pues, ninguna falta ese calco del inglés, y sigue sin hacernos falta, pero parece ser que algunos lexicógrafos no opinan lo mismo y decidieron que esa palabra se merecía un sitio en el Diccionario, y allí que nos la metieron, en la edición del 2001, sin darnos tiempo a reaccionar para autodefendernos de ella.