Se cumplen 11 años de la muerte de Miguel Delibes, uno de los grandes referentes de la literatura en lengua española y autor de Los santos inocentes, El camino o Cinco horas con Mario.
El novelista español pasó casi toda su vida en Valladolid, donde había nacido en 1920. Fue el tercero de ocho hermanos, estudió Comercio y Derecho, aunque pronto le interesó más el mundo de la escritura. En 1941 entró como caricaturista en el diario El Norte de Castilla, donde publicaba sus dibujos con el seudónimo de ‘Max’, y un año después ya había publicado su primer artículo como periodista. A partir de ese momento, el periodismo y la literatura se convirtieron sus grandes ocupaciones profesionales y donde alcanzó reconocimiento universal.
Publicó su primera novela en 1946: La sombra del ciprés es alargada, que obtuvo el Premio Nadal. Más tarde publicó Aún es de día (1949), El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La hoja roja(1959) y Las ratas (1962), entre otras obras. En 1966 publica Cinco horas con Mario, que fue adaptada al teatro con gran éxito de público durante décadas -con Lola Herrera como protagonista absoluta-.
En 1981 publicó Los santos inocentes, que llevó al cine Mario Camus. Fue un autor muy prolífico. Sus obras reflejaban su entorno más próximo, con una gran presencia de Valladolid y el campo castellano y siempre con una perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía y las injusticias sociales. Además de novelas, Delibes es también autor de cuentos: La mortaja (1970); textos autobiográficos, como Un año de mi vida (1972).
Durante los últimos años de su vida pasó largas temporadas en Sedano, el pueblo burgalés en que había nacido su mujer, su musa y madre de sus 7 hijos, y que él llamaba su pueblo «por decisión deliberada de haberlo adoptado entre mil».
A sus premios literarios -Nadal, Premio de la Crítica, Príncipe de Asturias, Premio Nacional de las Letras Españolas y Premio Miguel de Cervantes, se sumó su pertenencia a la Real Academia de la Lengua desde 1975, donde ocupaba el sillón «e».
Delibes murió el 12 de marzo de 2010, a los 89 años y en su casa de Valladolid, la ciudad en la que había nacido porque, como él solía decir: «Soy como un árbol, que crece allí donde lo plantan».
Arsenio Escolar.- Sobre la vida de nuestro más señero escritor hay más incertidumbres que certezas, quizá la única es que Cervantes era manco.
Quizá era de familia de judíos conversos. Tal vez era homosexual (o impotente). Él se confiesa tartamudo, pero quizá bromeaba. ¿Era un iletrado? ¿Un camorrista, un duelista con delitos de sangre? ¿Un corrupto que metió la mano en fondos públicos? ¿Proxeneta de sus propias hermanas? ¿Reaccionario o progresista? ¿Seguro que nació en Alcalá, o fue en Madrid, Esquivias, Córdoba, Sevilla, Consuegra, Alcázar de San Juan, Lucena, Madridejos, Herencia, Toledo…? Transcurridos 476 años del nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, la vida del primer escritor español sigue envuelta en dudas. Hasta sobre su nombre: ¿por qué Saavedra si su madre era Leonor de Cortinas? Hasta sobre su rostro: el cuadro que guarda la Real Academia de la Lengua, que se atribuye a Juan de Jáuregui, ¿realmente es el retrato de Cervantes? Uno de sus biógrafos, Jean Canavaggio, lo pone en duda.
Fue bien entrado el siglo XVIII cuando Alcalá de Henares se convirtió en casi segura cuna de Cervantes. Había aparecido la partida de bautismo. Pero aún pleitean por el honor muchos eruditos locales de las poblaciones antes enumeradas. Entre los que admiten Alcalá hay discrepancias sobre la fecha del nacimiento. El bautismo de ese Miguel de Cervantes fue el 9 de octubre de 1547, y lo usual era celebrarlo 10 días después del natalicio. Eso y el nombre que le impusieron al retoño lleva al 29 de septiembre, día de San Miguel. Más confusión: en 1582 el Papa Gregorio XIII reformó el calendario y saltó 10 días, los que los almanaques habían atrasado respecto al movimiento real de la Tierra. Y así, el 29 de septiembre de cuando quizá nació Cervantes corresponde en la astronomía con nuestro 9 de octubre.
De la infancia y primera juventud de Cervantes poco se sabe. La familia fue muy trashumante, y en aquellos años los conversos cambiaban mucho de domicilio para borrar pistas de su pasado. El padre era cirujano, oficio en el que menudeaban los conversos. Todo ello (y algunas chanzas en la obra cervantina sobre la limpieza de sangre) le sirvió a Américo Castro para lanzar la hipótesis de que los Cervantes eran judíos conversos. De la formación del escritor no faltan presunciones: que si estudió con los jesuitas en Sevilla, que si en la Universidad de Salamanca, que si era un iletrado que no sabía latín, un “ingenio lego”.
El siglo pasado se halló en el archivo de Simancas una orden de prendimiento contra un Miguel de Cervantes por malherir en duelo a un Antonio de Sigura. A los cervantistas se les encendió una luz: eso explicaría por qué Cervantes se marcha en 1569 a Italia, donde estuvo al servicio del cardenal Acquaviva. Pero pronto vuelve la oscuridad: si aquel Cervantes era nuestro Cervantes, ¿por qué no se le detuvo cuando volvió a España, años después?
¿Se embarca en la flota de Lepanto por hacer fortuna o por impulso cristiano contra el infiel? Y allí -en esto hay certeza- resulta herido y pierde el uso de la mano izquierda: es el manco de Lepanto.
Preso en Argel durante cinco años, intenta cuatro veces la fuga. Fracasa en todas, pero no sufre castigo. Una estudiosa italiana, Rosa Rossi, basa en ello (y en el papel que las mujeres tienen en la obra cervantina) una controvertida hipótesis: era homosexual, el favorito del rey de Argel.
Rescatado y vuelto a España, se casa con Catalina Palacios, pero la convivencia dura poco. Era impotente, dicen algunos tratadistas. Y lo basan en que no tuvo hijos y en versos anónimos que así le zaherían.
Alcabalero y recaudador de contribuciones en Andalucía a finales de siglo, es encarcelado al menos dos veces. ¿Por error contable? ¿Porque metió la mano en la caja? No hay respuestas definitivas.
En Valladolid vive con dos de sus hermanas y con Isabel Saavedra: ¿su hija? ¿su sobrina? Y en la puerta de la casa resulta acuchillado Gaspar de Ezpeleta. El juicio apunta que las cervantas llevan vida casi prostibularia, y que Miguel consentía, quizá promocionaba.
Muere en Madrid, tal vez de una afección cardiaca, tal vez de hidropesía, el 23 de abril de 1616, y es escritor tan indiscutible (en eso están de acuerdo todos los expertos) que su muerte da fecha al día del libro. Nueva polémica: según Astrana Marín, murió el 22. Y lo argumenta. ¿Habrá que cambiar la celebración?
Luis Cernuda Bidón (Sevilla, 21/9/1902 – México, D.F., 5/11/1963). Poeta español de la Generación del 27.
La obra de Gustavo Adolfo Bécquer despertó su interés por la poesía desde muy pequeño; comenzó a escribir alentado por un profesor, quien le enseña las normas básicas de la expresión poética y comienza a escribir sus primeros versos. Años más tarde, emprende sus estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla, donde su profesor de literatura, Pedro Salinas, le anima a participar en tertulias y a leer a escritores españoles del Siglo del Oro (Góngora, Lope de Vega, Quevedo y Garcilaso de la Vega entre otros) y a autores franceses contemporáneos.
En su juventud, realizó sus primeras publicaciones en Revista de Occidente. Estuvo siempre muy influenciado por la literatura francesa, e incluso tradujo parte de la obra del surrealista Paul Éluard.
En 1926 viaja a Madrid con la intención de introducirse en el mundo editorial colaborando en la publicación La Verdad, Mediodía y Litoral. Dos años más tarde ve la luz su primer libro lírico, Perfil del aire (1927), que es rechazado por la crítica y escribe Égloga, elegía y oda (1928) tras conocer a Federico García Lorca en un homenaje a Góngora. Tras el asesinato de Lorca, le dedicó la elegía A un poeta muerto (F. G. L.). En 1930 comienza a trabajar de librero y en los años sucesivos escribe Un río, un amor (1929), Los placeres prohibidos (1931), La invitación a la poesía (1933), Donde habite el olvido (1934) e Invocaciones (1935).
Durante la Guerra Civil, vive exiliado en Inglaterra, donde termina Las nubes (1940), un libro de poesía sobre la Guerra Civil española, Ocnos (1942), Como quien espera el alba (1943) y Vivir sin estar viviendo (1944). En 1947 viaja a Estados Unidos y trabaja como profesor de Lengua y Literatura Española. Más tarde, se traslada a México, donde escribe obras como Variaciones sobre tema mexicano (1952), Poemas para un cuerpo (1957) y Desolación de la Quimera (1962).
Nunca escondió su homosexualidad, y esto le acarreó las nefastas etiquetas y el desprecio en su propia tierra, con la cual no parecía sentirse muy identificado. A lo largo de su vida, reflejó en sus poemas un espíritu que comenzó esperanzado, que exaltaba la belleza y la ornamentaba, pero que progresivamente se fue endureciendo y se volvió más práctico y conceptual.
Su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, neerlandés, polaco, portugués, rumano, hebreo, sueco, griego, serbio, eslovaco, árabe y latín.
Este sábado, 16 de septiembre, se cumplen 168 años del nacimiento de Emilia Pardo Bazán (1851, A Coruña – 1921, Madrid), una de las escritoras más adelantadas a su tiempo y precursora de la defensa de los derechos de las mujeres, que fue novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y la introductora del naturalismo en España.
De familia noble, tuvo acceso a la mejor educación en el colegio francés y con instructores privados en casa, ya que el acceso a la universidad estaba vetado a las mujeres, pero eso no le condicionó para estudiar humanidades, idiomas (hablaba francés, inglés y alemán) y los avances científicos y filosóficos a través de los libros.
Autora de obras tan célebres como Los pazos de Ulloa, La cuestión palpitante o Insolación, se impuso en un mundo literario y periodístico monopolizado por los hombres. Se casó a los 16 años con José Quiroga y Pérez Deza, también de familia hidalga; él tenía 19 años y todavía era estudiante de derecho. Y en 1879 se publicó su primera novela: Pascual López, autobiografía de un estudiante de medicina.
Los pazos de Ulloa (1886) es su novela más conocida y la obra que la consagró como una de las grandes escritoras de la literatura española. En ella describe la decadencia de la oligarquía terrateniente que ha perdido su papel de liderazgo social.
La separación amistosa de su marido le permitió seguir con libertad sus intereses literarios e intelectuales sin obstáculos. Se preocupó de intervenir en el periodismo político y de luchar incansablemente por la emancipación social e intelectual de la mujer.
Emilia Pardo Bazán falleció en 1921 en el número 27 de la madrileña calle de la Princesa.
Ángel González Muñiz (6/9/1925, Oviedo – 12/1/2008, Madrid) fue un poeta y ensayista de la Generación del 50. Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1985 y académico y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996, publicó su primer libro de poemas en 1956.
Fue maestro, licenciado en Derecho y periodista. Enseñó Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque, USA, y fue profesor visitante en las de Nuevo México, Utah, Maryland y Texas.
Miembro de la Real Academia Española, fue galardonado, entre otros, con el Premio Antonio Machado en 1962, el Premio Príncipe de Asturias en 1985, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996 y el Primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada en el año 2004.
Su poesía, llena de contrastes, discurre entre lo efímero y lo eterno y en su obra puede encontrarse una fuerte contradicción. Su obra es una mezcla de intimismo y poesía social, con un particular y característico toque irónico y trata asuntos cotidianos con un lenguaje coloquial y urbano. El paso del tiempo y la temática amorosa y cívica son las tres obsesiones que se repiten a lo largo y ancho de sus poemas, de regusto melancólico pero optimistas. Ha sabido abordar cuestiones sociales con un lenguaje coloquial e ironía.
De su obra se destacan los títulos: Áspero mundo, 1955 , Sin esperanza, con convencimiento, 1961, Grado elemental, 1961, Tratado de urbanismo 1967, Breves acotaciones para una biografía, 1971, Deixis de un fantasma, 1992 y su último libro, Otoño y otras luces, 2001.
En la madrugada del 18 de agosto de 1936, Federico García Lorca fue fusilado por las autoridades franquistas junto a un olivo en la carretera que une las localidades de Víznar y Alfacar. El autor español más celebrado del siglo XX, se convirtió en un símbolo de todos los desaparecidos en la Guerra Civil española y cuyos restos, 85 años después, aún permanecen en una fosa común.
Nacido en Fuente Vaqueros, (Granada), el 5 de junio de 1898 fue un poeta, dramaturgo y prosista español, conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la generación del 27, fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Como dramaturgo se le considera una de las cimas del teatro español, junto con Valle-Inclán y Buero Vallejo.
La influencia de su región natal se encuentra en toda su obra, desde la Primeras Canciones hasta La Casa de Bernarda Alba, combinación de tradición secular y de modernismo del siglo XX. En sus poemas y en sus dramas se revela como agudo observador del habla, de la música y de las costumbres de la sociedad rural española.
Suyas son obras como el Romancero Gitano, Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), Bodas de sangre, Yerma o La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra. Su prematura muerte a los treinta y ocho años no hizo sino truncar un flujo de creaciones que en La casa de Bernarda Alba rozaba ya la perfección.
Hoy hace 103 años del nacimiento de Gloria Fuertes (Madrid 1917-1998), la poeta de los niños, pero también una mujer muy adelantada a su tiempo, feminista, pacifista, lesbiana y siempre del lado de los desfavorecidos, lo que le valió el título de poeta social por excelencia.
Además de la poesía infantil, en donde es un referente, también escribió literatura para adultos y su obra marcó un antes y un después en el género.
Gloria fuertes fue impulsora, a comienzos de los años 50 del pasado siglo, del grupo literario Versos con faldas, que acogió a mujeres poetas que ofrecían recitales por los cafés de Madrid. Con Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal, por aquellos años también fundó la revista Arquero, de la que fue directora hasta 1954, año en el que publicó Antología poética y Antología de poemas de suburbio. La censura franquista la obligó a publicarla en Venezuela por su fuerte carga social.
Entrar en el Instituto Internacional de Madrid supuso un gran cambio en su vida, porque allí entró en contacto con el mundo literario y conoció a la hispanista estadounidense Phyllis Turnbull, su gran amor.
Poeta -que no poetisa, término que le parecía demasiado almibarado- desafiaba las costumbres de la España de Franco montando en moto y con pantalones cortos. Los españoles la descubrieron a mediados de los años 70, leyendo sus poemas para niños en Un globo, dos globos, tres globos y La cometa blanca, los programas infantiles de televisión que la convirtieron en una estrella.
Gloria Fuertes murió en Madrid el 27 de noviembre de 1998.