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21 Feb 2023
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Lo que va y viene en el mundo editorial.

Begoña Piña

Periodista. Infiltrada desde hace años en la Cultura, leo todo lo que puedo y siempre me quedo con ganas de mucho más.

El cine, la vida… y la literatura

“He ido dejando pedazos de mí por todas partes”, escribe Alejandro G. Calvo en su primer libro, Una película para cada año de tu vida (Temas de Hoy), una obra de genuino amor por el cine que le acompaña en la vida y de recorrido por una vida con la que siente ese cine.

Aunque pudiera parecer una especie de guía de las películas que hay que ver, esta obra es mucho más, es un viaje emocional y vital, la aventura de un crítico de cine por territorios personales de felicidad y tristeza, por mundos oscuros, pero también por lugares plácidos, brillantes, dichosos. Un camino que comienza a los 0 años –“al principio solo hay oscuridad”- y que pone el punto final a los 100, la edad de su abuela Gorgonia, cuando la mochila estará repleta de “grandes recuerdos” de cine, de “cosas que nos hayan hecho felices en esta, sin duda, extraña y difícil y hermosa y sorprendente vida”.

Chaplin, Disney, Buster Keaton… para la infancia, en la que también ‘toca’ abrir los ojos al universo humanista de Yasujirô Ozu, al cine más gamberro de Jason Reitman y, por supuesto, al arte y a la belleza de las películas de John Ford. Y así, ciclo a ciclo de la vida, Alejandro G. Calvo recompone sus propios recuerdos –memoria emocional- y acude a ellos con la sabiduría cinematográfica acumulada en sus críticas, generoso, mencionando a referentes de su oficio y del cine, exponiéndose desde lo íntimo y siempre celebrando el cine.

Y llegará a los 90 años y se entregará con descaro a la comedia, con Jerry Lewis, Joel Coen, Howard Hawks, Mario Monicelli o Jacques Tati, para salir “por la puerta grande” con Stanley Kubrick y 2001: una odisea del espacio, y recordar entonces que “lo que hace el primer ser inteligente en la historia de la humanidad es abrirle la cabeza a un semejante con un hueso convertido en arma” y que el resto “es historia del cine”. Y que el cine “es solamente cine” y para disfrutar “plenamente de él hay que vivir plenamente la vida”.