Sobre prolongaciones óseas
Sobre el dudoso origen de la expresión «poner los cuernos», mi opción favorita proviene de la mitología griega, cuando Pasifae le fue infiel al rey Minos con un hermoso toro blanco, de cuya mezcla nació un Minotauro. Pero existe otra opción más pragmática: sólo el portador de los cuernos no puede verlos.
Daniel Díaz