Remar contracorriente
Si es posible encerrarte entre cuatro paredes austeras, escribir o leer durante horas y ser feliz, no entiendo a qué viene tanta obsesión por el dinero. El mundo está en modo loco acumulando «bienes» tangibles (o «males», según se mire) cuando lo intangible llena más, aporta más y es casi gratis. Idiotas.
Daniel Díaz