Que buen caballero era
Me imagino a Garcilaso en su caballo, con armadura y manoplas de hierro, el yelmo bien encasquetado, a punto de entrar en combate. ¿Y si entonces se le ocurría un verso y no podía apuntarlo? ¿Qué haría? ¿Se lo confiaría de viva voz a su escudero? ¿Sería ese mocito un tal Rafael, del Puerto de Santa María?
Óscar Esquivias