Primos atildados
De niño pensaba que la gente llevaba corbata en las bodas para, cuando llegaba el baile, ponérsela en la frente como la cinta de un indio, que era lo que hacían mis primos mayores cuando salían a la pista con una copa en la mano. Y para mí las tildes eran lo mismo, un adorno exótico, confeti festivo que les caía encima a las palabras.
Óscar Esquivias